La basura electoral es uno de los estragos más evidentes que han dejado las elecciones del pasado 2 de junio. Las calles se vieron inundadas durante meses por estos anuncios que todos los partidos políticos colgaron en paredes y viviendas. No les bastaba con el tiempo que ya tenían en la televisión, que ya era una contaminación audiovisual. Fueron por más, por la contaminación real y tangible. Y ahora nadie se hace responsable de ello. ¿Qué hacer con toda la basura que generaron con su propaganda que nadie pidió ni disfrutó?

Por fortuna, la creatividad no es un problema para los mexicanos, que siempre se las ingenian para darle una segunda o tercera vida a todo tipo de materiales. Y así ha sido con esta propaganda. Hay diversos esfuerzos. Entre ellos, destaca el de Camilo Morales, un diseñador de modas que ha emprendido una campaña para reutilizar las lonas que dejó el último proceso electoral: hacer bolsas. Su idea, como contó a NMás, es que esta basura ni siquiera debería de ser usada de nuevo, sino que se podría evitar todo ese derroche desde el comienzo.

“Mi proyecto se trata de reutilizar materiales, lanzo esta convocatoria de que bajaran lonas, me las dieran y yo les daba a cambio bolsitas o les daba descuento en mis prendas, y ya de ahí me fueron trayendo. Una de las ventajas de trabajar con material reciclable es que si al final no te acaba gustando el resultado, la puede deshacer y hacer otra cosa”, contó. Los diseños pueden ser simples o más elaborados, con pintura acrílica. En un comienzo, Morales sólo recolectaba las lonas con las que se iba encontrando de manera aleatoria, pero luego comenzó a hablar con las personas para proponerles intercambios: lonas a cambio de bolsas hechas por él o descuentos en su línea de ropa.

De acuerdo con Jorge Carlos Negrete, de la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano, son unas 30 mil toneladas de basura electoral las que dejó el último proceso, señaló también a NMás. Se trata de un problema agudo para el que no hay propuestas a nivel institucional. Todo ha tenido que ver con las personas y su creatividad individual. Así también han surgido propuestas como la que ha convertido en casas para perros esta basura de los partidos políticos.

Es cierto que los políticos tienen derecho a que su imagen sea conocida, pero también hay aspectos que se pasan por alto con esta propaganda. Érika Estrada, consejera del Instituto Electoral de Ciudad de México (IECM), lo explicó de esta manera a El País. “En el pasado hablábamos mucho de propaganda, de campañas políticas, pero conforme hemos avanzado como sociedad, hay otros derechos que pueden verse afectados, como los derechos a vivir en un espacio libre de saturación visual y de contaminación ambiental”

Magdalena Trujillo, especialista en procesos de plástico, compuestos naturales y biodegradables de la UNAM, dijo también a El País que este material, PVC, suele comprarse hasta tres veces más caro. Y da una perspectiva más de por qué ya es innecesario. “Las redes sociales han ido avanzando de manera sustancial, la propaganda electrónica parece mucho más viable”.

Las ideas estarán ahí de manera inevitable. Habrá formas e iniciativas de sacarle provecho a toda la basura que dejaron los partidos políticos. Pero no por ellos, que además de dejar su desorden sin el menor rubor, se olvidan de proponer planes para que tenga una nueva utilidad y no sea solamente dinero y material tirado a la basura.

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