El cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez llega a la reunión de la Congregación General de Cardenales, en la Ciudad del Vaticano, el lunes 5 de mayo de 2025.
Los 133 cardenales electores del próximo cónclave ya llegaron a Roma para elegir al sucesor del papa Francisco y definir el futuro de la Iglesia de 1,400 millones de católicos.
Los llamados “príncipes de la Iglesia” se encerrarán a partir del miércoles en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo pontífice en una votación incierta y sin claros favoritos.
Progresista, conservador, dogmático, ¿cómo será el próximo papa? Hay consenso en que no será un revolucionario como el argentino Jorge Bergoglio, que planteó un pontificado de reformas, enfocado en los pobres y en las periferias del mundo, y que enfrentó resistencias dentro de la Iglesia.
“Un pastor cercano a la vida real de la gente”, indicó la minuta de la reunión de los cardenales de este lunes. “Debe estar presente, ser cercano, capaz de ser puente y guía”.
Estos encuentros se realizan casi a diario desde que Francisco murió hace dos semanas y en ellas los purpurados comparten puntos de vista sobre las prioridades de la Iglesia de cara al cónclave.
Con representantes de 70 países, será el más internacional de la historia. Francisco creó la mayoría de los cardenalatos que votan ahora a su sucesor, muchos vienen de la “periferia” del mundo, lejos de Europa e históricamente marginada por la Iglesia en Roma.
“Lo que hago es mirar, escuchar, ver gente que viene de Mongolia, que trabaja en la Curia, que está con los más pobres en América Latina, en África, es muy bonito”, dijo a periodistas el cardenal chileno Fernando Chomalí.
“Más como Francisco”
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, informó el lunes que todos los electores estaban ya en Italia para votar a puerta cerrada en la Capilla Sixtina a partir del miércoles de tarde hasta que un candidato tenga una mayoría de dos tercios.
Mientras, decenas de miles de personas en la plaza San Pedro y millones por televisión mantendrán la mirada fija en la pequeña chimenea instalada en el techo del majestuoso edificio a la espera de noticias.
El humo negro anunciará que no hay consenso y que habrá otra votación; el humo blanco, “Habemus papam”.
El Vaticano finiquita los detalles de esta elección, que se remonta a la Edad Media. Instaló el lunes las cortinas de terciopelo rojo en el balcón central de la basílica de San Pedro, que se abrirán para la primera aparición del nuevo papa.
Y todo el personal auxiliar a la ceremonia juró este lunes guardar secreto, desde sacerdotes y religiosas, hasta médicos, enfermeros, seguridad, chóferes y personal de limpieza.
María de los Ángeles Pérez, turista mexicana en Roma de 49 años, espera del nuevo papa que ayude “a los más pobres, a los más necesitados”, mientras que el sacerdote canadiense Justin Pulikunnel pide que sea una “fuente de unidad” tras “años de desestabilización y ambigüedad”.
“Más como Francisco”, resumió Aurelius Lie, alemán de 36 años.