Simone Biles es una gimnasta inigualable. Incluso cuando no llega a la perfección.

La estrella estadounidense superó el jueves a la brasileña Rebeca Andrade durante una tensa final del concurso completo individual.

El total de 59.131 de Biles aventajó por apenas un punto los 57.932 de Andrade, uno de los resultados más reñidos de Biles en una gran competición internacional.

Biles inclinó la final con un destacado ejercicio de suelo, tal y como lo hizo en la final por equipos.

Fue su segundo oro en París y el sexto de su trayectoria olímpica.

Sunisa Lee, la campeona de los Juegos de Tokio hace tres años, se llevó la presea de bronce tras haber lidiado en los últimos 15 meses con problemas renales que comprometieron su participación en París.

Biles y Lee acabaron fundiéndose en un abrazo.

El margen de victoria fue el más estrecho desde que Biles conquistó el tercero de su cifra récord de seis campeonatos mundiales en 2015.

Entonces era una adolescente. Ahora es un ícono.

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