Tan pronto como en la reunión de política monetaria de marzo el Banco de México (Banxico) podría iniciar con el largamente ansiado ciclo recortes de su tasa clave de interés, que desde hace casi un año se ubica en 11.25%, su mayor nivel histórico, según prevé el mercado y ha adelantado el propio banco central.
Y aunque algunos analistas anticipan que tales rebajas implicaría un menor interés o costo de los créditos, otros aclaran que el vínculo no es tan directo para los consumidores mexicanos, ni mucho menos inmediato.
En su reciente anuncio del 8 de febrero, la Junta de Gobierno mantuvo la tasa interbancaria de interés en 11.25% por séptima vez consecutiva, mientras modificó su guía prospectiva al señalar que “evaluará, en función de la información disponible, la posibilidad de ajustar la tasa de referencia”.
La directora de análisis económico de Grupo Financiero Base, Gabriela Siller, explicó en ese momento que un recorte de la tasa de interés, que es el costo del dinero en el tiempo, implica que es menos costoso obtener dinero.
James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco, aclaró, sin embargo, que la relación entre bajar la tasa clave interbancaria y las de los créditos no es tan directa.
“Ahora que subieron las tasas de interés, en el caso de México, los ajustes que vimos, por ejemplo,…en las tasas de crédito hipotecario, no fueron tan robustos. O sea, sí subieron, pero no en la misma magnitud que subieron las de referencia, lo mismo pasó en crédito de autos”, recordó el analista de CI Banco.
Siller también advirtió que “en México el consumo no reacciona tanto a los cambios de tasa de interés, pero la inversión fija (maquinaria, equipo y construcción) sí”.
Inflación al acecho
Inicialmente, el mercado esperaba un primer recorte de al menos 25 puntos base en la decisión de febrero, luego de que en noviembre Banxico ajustó su guía prospectiva al señalar que para lograr la convergencia ordenada de la inflación a la meta de 3% será necesario mantenerla en su nivel actual “por cierto tiempo”, en lugar de “durante un periodo prolongado”.
Un repunte de la inflación mensual durante noviembre, diciembre y enero, cuaando se ubicó en 4.88% a tasa anual, pusieron un freno a la Junta de Gobierno, que, sin embargo, se mostró abierta a la posibilidad de iniciar los ajustes, pese a las advertencias sobre la persistencia de altos niveles de la inflación.
Tras el último anuncio de política monetaria, algunos inversionistas manifestaron que no están de acuerdo con el tono usado por Banco de México.
¿Es el momento de bajar las tasas?
Por mandato constitucional, Banxico es autónomo y su objetivo prioritario es procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso mexicano, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado en varias ocasiones en que el banco debería ayudar a alentar el crecimiento económico, no sin recibir críticas por ello.
Carlos Capistrán, economista en jefe para México y Canadá en Bank of America, consideró en una conferencia la semana pasada que ante la resistencia de la inflación, el banco central debería esperar quizá hasta el segundo semestre del año para iniciar con los recortes.
“Entonces, si ahorita estamos esperando que empiecen a haber retrasos en los recortes, e incluso cuando se den los recortes, la realidad es que los primeros ajustes que haga Banxico no necesariamente se van a notar en los costos de estos créditos”, señaló Salazar.
“Y lo mismo a lo mejor en algunas ciertas reducciones en los créditos, en las tasas de los créditos personales, o créditos de nómina. Pero los efectos se empezarían a ver hasta que sea un acumulado relativamente importante de recortes”, precisó.
Actualmente, el mercado espera que este 2024 se den recortes por un total de 200 puntos base a la tasa referencial, para cerrar el año en un nivel de 9.25%, según la encuesta mensual de Banxico a especialistas del sector privado.