En la antigua Roma, imperaba un sistema político de corte escalafonario, basado en una serie de magistraturas que debían ser ocupadas en un orden específico y con requisitos de edad con el único objetivo de que los políticos adquirieran experiencia en las tareas propias del gobierno antes de ascender a cargos de mayor importancia, culminando idealmente en el Senado.

Así por ejemplo, antes de que un político romano pudiera llegar a convertirse en senador (siendo este uno de los mayores honores a los que un romano podía aspirar) primeramente debía ocupar cargos como los de censor, cuestor, edil, pretor y cónsul, entre otros.

En la historia reciente y sin que formalmente se haya establecido de esta manera, en Querétaro, el cargo más alto al que aspira un político local, es la gubernatura del estado, no obstante, para poder llegar a este cargo, pareciera ser que los queretanos han establecido que, previo a ser gobernador, primero hay que ser senador en funciones y de ello da cuenta el hecho de que siete de los últimos once gobernadores eran senadores al momento en que se convirtieron en candidatos al gobierno de Querétaro. Esa parece ser la ruta que más les gusta a los queretanos que sigan los políticos locales como parte de su formación antes de convertirse en gobernadores.

De hecho, los últimos tres gobernadores, el priísta Pepe Calzada y los panistas Pancho Domínguez y Mauricio Kuri, fueron senadores inmediatamente antes de ocupar el cargo de gobernador, confirmando esta regla que parecen haberse impuesto los queretanos como parte de la carrera política que les gusta que desplieguen los políticos locales y no es cosa menor.

Es bien cierto que desde la época romana, en los primeros tiempos de aquel vetusto imperio, los senadores, que eran los senectus, es decir, los ancianos que asesoraban al rey, luego a los magistrados y finalmente a los cónsules eran los cargos políticos más añorados y dada la tradición romana de seguir un estricto orden en la escala de cargos que tradicionalmente debían de observar los políticos de la época con la idea de adquirir experiencia, al llegar al senado, los senadores eran los servidores públicos más experimentados de la ciudad y venían a conformar la élite entre la propia clase política, es decir, los senadores eran desde entonces y aún ahora lo siguen siendo, los perfiles con la mayor preparación política para asumir las tareas de gobierno.

A poco más de dos milenios de distancia, en Querétaro, los queretanos parecen haber adoptado aquella idea de que quienes deban llegar a ocupar el cargo de gobernador, deban de ser los servidores públicos más experimentados y pareciera que para ello han dispuesto que antes de convertirse en gobernadores, los políticos deban de ser primero senadores. Así lo indica el hecho de que en los siete últimos períodos de gobierno, siete de los últimos once gobernadores hayan tenido que ser senadores previamente, antes de ocupar el cargo más alto en nuestra entidad.

Y es que la experiencia que se adquiere tras el paso por el senado, no se suple con otro tipo de experiencias legislativas, sino que el paso por el senado consolida esa formación y esta es una opción muy reducida dado que representa una oportunidad que se solamente tienen 128 personas por cada Legislatura, es decir, es un cargo al que pocas, realmente muy pocas personas pueden acceder y tener al alcance los conocimientos que se adquieren en el ejercicio de dicho cargo.

Hoy Querétaro cuenta en la persona de Agustín Dorantes con uno de los senadores más jóvenes en toda su historia (el otro político que fue senador siendo muy joven es el priísta Mariano Palacios Alcocer que también terminó siendo gobernador) y parece claro que Dorantes ha entendido que a los queretanos les gustan los políticos más preparados y así reconocen a quienes han transitado por el senado, es decir, se encuentra en la ruta correcta.

¿Se convertirá Agustín Dorantes en el octavo gobernador que llegó al cargo luego de haber sido senador? Todo parece indicar que sí, cuenta con una marcada experiencia electoral y de gobierno que le reconocen propios y extraños dentro y fuera de su partido, el blanquiazul, de hecho, recientemente ha sido reconocido por Martín Arango, el dirigente estatal del PAN, como el fundador de la estructura electoral y de campaña más efectiva de los últimos tiempos, tan solo aquella que ha hecho ganar a los últimos dos gobernadores panistas.

Agustín Dorantes se mantiene en la ruta que han seguido siete gobernadores en la historia reciente, es joven, pero muy experimentado, es joven, pero muy maduro para su edad y solo a base de trabajo podrá confirmar que a los queretanos les gusta convertir a sus senadores, en los gobernadores del estado.

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