EFE / Las mitologías griega y mexicana, el amor y la violencia son las “fuerzas” que conviven ‘En el reino del toro sagrado’, la nueva novela del escritor Jordi Soler ambientada, una vez más, en su natal Veracruz, estado del oriente de México.
En una entrevista con EFE, el escritor se define como “muy aficionado” a la mitología, por lo que fusionó la griega con la mexicana en una obra que retrata “amores desgraciados” desde un tono “bastante violento”.
Soler, hijo de exiliados catalanes que reside en Barcelona (España), narra el romance entre Artemisa, una mujer bella y poderosa cuyas historias de amor están destinadas al fracaso y un toro blanco surgido de un lago.
Esta aventura se entremezcla con las relaciones anteriores -y futuras- de Artemisa, así como con la vida en el ficticio pueblo de Los Abismos, donde se desarrolla la acción, y con el devenir de Wenceslao, amigo inseparable de la protagonista y reconocido inventor homosexual.
Los “anclajes” mitológicos
Soler actualiza el mito del rey Minos, cuya esposa se enamoró de un toro blanco fruto de un castigo de Poseidón, para relatar la historia de amor de Artemisa.
Para él, hay una relación “platónica” entre la protagonista y el animal: “Lo que está contando Platón es el momento en el que Zeus nos corta a todos por la mitad y sale un hombre y una mujer y nos deja en busca de esa parte que nos quitó. El toro y Artemisa pueden ser eso”.
Por otra parte, la mujer que cría a Artemisa en ausencia de su madre, Rosamunda, es el “anclaje” que la liga con el mundo prehispánico, muy presente pese a ser hija de un matrimonio griego: “Ella es la que provoca esta identificación con la diosa Xilonen. De pronto, se convierte en la diosa de los dos mundos”.
“En los mitos están todos los miedos, todos los anhelos y deseos, toda la violencia de la especie”, opina.
Los amores “desgraciados”
“Creo que son más interesantes las historias de amor desgraciadas. Las felices, pues le importan a la pareja, ¿pero qué contarás de una pareja feliz?”, se pregunta el autor.
También habla de los enamoramientos con “una fuerza de la naturaleza” de manera literal o encarnada en personas como Artemisa, así como de los romances de su pasado y su futuro, entre los que destaca Teodorico, hijo de campesinos “que ha dedicado su vida a escapar de esa condición”.
Además, Soler apunta al amor “desgarrador” como el vehículo para abordar un asunto polémico.
“Artemisa es una mujer bellísima decidida a utilizar su belleza para abrirse paso. La historia del mundo está llena de mujeres que han conseguido cosas insólitas a partir de su belleza. Esto ya no se puede decir en el siglo XXI, por eso yo no solo lo digo, lo he escrito en una novela”, remacha.
La violencia “desaforada”
‘En el reino del toro sagrado’, la violencia “desaforada” es clave, aunque Soler reconoce las dificultades que tuvo para encontrar el tono adecuado.
“No quería que fuera una novela solo violenta y me preocupé por contrapesarla mucho con zonas de humor”, explica.
Esto le permitió integrarla como un “elemento más” de la historia, una violencia que las personas llevan “con naturalidad”, sobre todo en entornos rurales como el del libro.
Wenceslao es uno de los personajes que más experimenta la ira de sus conciudadanos debido a su orientación sexual, a pesar de ser admirado por su talento.
Soler lo imagina como “un niño que creció a la contra”, al igual que Artemisa “por ser la bella, la rica y la rebelde”, lo que les une y les comporta una dosis de violencia por parte de su entorno.
Finalmente, el autor, caballero de la irlandesa Orden del Finnegans, desvela que camufla entre sus obras palabras inusuales, tanto en castellano como en otras lenguas, y ahora el catalán está presente en este libro.
“Por primera vez, he colado dos palabras en catalán. (…) Me hace ilusión que un investigador del siglo XXIV que lea mis novelas se encuentre con esto, porque a pesar de la mexicanidad de la novela, la estaba escribiendo en Barcelona”, confiesa.