AFP / Cuantos más usuarios, más riesgos: aplicaciones de encuentros han limitado sus funcionalidades en algunas zonas y recuerdan consignas de prudencia antes del inicio de los Juegos Olímpicos de París, especialmente para proteger a los deportistas de un ‘outing’ forzado.
“Esta funcionalidad no está desafortunadamente disponible”, indica por ejemplo la aplicación de encuentros homosexuales Grindr cuando un usuario intenta geolocalizarse con su telefóno móvil o una tableta electrónica en la Villa Olímpica donde reside la mayor parte de deportistas de los Juegos, situada en Saint-Denis, en la periferia norte de París.
“Las aplicaciones de encuentros son evidentemente accesibles dentro de la Villa, pero la geolocalización ha sido desactivada por algunos editores de aplicaciones”, confirmó el Comité de Organización de los Juegos Olímpicos a la revista francesa Têtu, especializada en contenidos de temática LGBTQ+.
Grindr permite normalmente a sus usuarios posicionarse en el lugar que deseen mediante un mapa del mundo, mostrando entonces todos los perfiles situados en una zona geográfica precisa.
Para un deportista que no ha revelado su homosexualidad o que viene de un país donde su orientación sexual está reprimida, “la utilización de Grindr puede exponer al riesgo de ser descubierto por personas curiosas que podrían tratar de identificarle en la aplicación”, advirtió la empresa estadounidense en una publicación en su página web el miércoles.
- Limitando funcionalidades –
La aplicación ya introdujo una restricción similar durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín-2022. Como entonces, ahora no es posible que un usuario pueda explorar los perfiles de otra ubicación, no se muestra la distancia a la que se encuentra un usuario y se han bloqueado las capturas de pantalla de perfiles o conversaciones.
Medidas de esta naturaleza se tomaron después de varios incidentes que pusieron al descubierto el riesgo de exposición no consentida para deportistas LGBTQ+ en los últimos años.
Durante los Juegos Olímpicos de Rio-2016, la web estadounidense The Daily Beast publicó un artículo, retirado después, en el que un periodista relataba sus encuentros con deportistas que había conocido por Grindr, incluyendo detalles que potencialmente podían permitir la identificación de esas personas.
“Esta problemática concierne principalmente a Grindr”, señaló este viernes a la AFP un portavoz de la aplicación Tinder, que vio cómo su uso se disparaba en un 350% durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang (Corea del Sur) en 2018.
Tinder, que pertenece al gigante estadounidense de webs de encuentros Match Group, no permite situar la localización en un punto preciso, sino “únicamente en un perímetro” de dos kilómetros como mínimo. Otra diferencia con Grindr es que para empezar a entrar en contacto con otro usuario es necesario “un consentimiento mutuo” de manera previa.
- Seguridad reforzada –
Desde Tinder señalan que tienen funcionalidades como el “modo incógnito”, que permite al usuario aparecer únicamente visible para los perfiles que él mismo ha seleccionado.
“Es una de las funcionalidades que utilizan bastante las comunidades LGBTQIA+”, subrayan desde esta aplicación, “especialmente en el caso de las personas todavía en reflexión sobre su orientación sexual o su identidad de género”.
Se trata, eso sí, de una opción de pago en Tinder, según un modelo similar al de otras aplicaciones como Grindr, Fruitz o Bumble.
Por su parte, la aplicación francesa Happn, que se basa en el principio de los encuentros entre personas que se han cruzado en el camino “en la vida real” durante el día, afirmó haber “reforzado” sus medidas de seguridad durante los Juegos “mediante equipos dedicados a estar disponibles 24/7 para asegurar la seguridad de todos los usuarios y usuarias, incluyendo los deportistas”.
“Permitimos desactivar la geolocalización para los que lo deseen”, subrayó.
Según los datos recabados por sus equipos, Happn dice que desde hace días ha detectado “cambios de comportamiento y un aumento de las interacciones” entre sus utilizadores, lo que traduce en “un deseo de los solteros de tener encuentros gracias a este evento”.
Se destinarán 240.000 preservativos para los deportistas olímpicos este año. La ‘tradición’ al respecto se remonta a los Juegos Olímpicos de Seúl-1988 y está destinada principalmente a luchar contra la propagación de enfermedades de transmisión sexual.