El gobierno húngaro lanzó el viernes una nueva consulta nacional para “defender la soberanía” del país de Europa central frente a la política de la Unión Europea.
“Bruselas quiere establecer guetos de migrantes en Hungría. ¿Usted qué piensa?”, es una de las once preguntas del formulario publicado en la página Facebook del gobierno.
El primer ministro nacionalista Viktor Orban está acostumbrado a este método sin consecuencias legales, que utiliza regularmente desde 2015 para legitimar sus posiciones anti-UE, a través de campañas masivas de comunicación.
Además de la política migratoria, la consulta aborda la cuestión de la guerra en Ucrania, con la que Hungría mantiene relaciones tensas.
“Bruselas quiere dar más armas y más dinero a Ucrania” y “Bruselas quiere que Ucrania se una a la Unión Europea”, son otros de los puntos en los que los húngaron podrán pronunciarse.
Hungría, a pesar de ser miembro de la OTAN, se niega a hacer contribuciones militares a Ucrania y mantiene vínculos con el Kremlin.
También advirtió a la Comisión Europea contra la apertura de negociaciones con Ucrania de adhesión a la UE.
Las formulaciones son a menudo muy orientadas e incluso hacen afirmaciones sin pruebas.
Respecto al embargo sobre la importación de cereales ucranianos -que Budapest se niega a levantar contra la opinión de Bruselas-, los electores pueden elegir entre “apoyar por todos los medios a los agricultores húngaros”, o “abrir nuestro mercado a los granos ucranianos genéticamente modificados”.
Lo mismo puede decirse de una pregunta sobre el movimiento islamista palestino Hamás, que según esta consulta habría recibido ayuda financiera de Bruselas.
Orban apoya incondicionalmente al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y la operación militar lanzada en la Franja de Gaza en represalia por el sangriento ataque de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre.
Se pide a los ciudadanos que envíen el cuestionario por correo antes del 10 de enero. También tendrán la posibilidad de rellenarlo en línea.
La última consulta, relativa a las sanciones de la UE contra Rusia, costó el año pasado unos 7,6 millones de dólares en gastos de impresión y envío.
De los 8 millones de votantes, solo 1,4 millones respondieron, es decir, 17,5%. Basándose en sus respuestas, el gobierno aseguró que 97% de los húngaros se oponían a las sanciones.