EFE / El cambio de Gobierno en México es una oportunidad para acelerar la transición energética e insertar en las tendencias globales a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), consideró este martes el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
“Nos encontramos en un momento de muchísimos cambios y muchísima incertidumbre, es un momento en el que se están tomando decisiones sobre el rumbo del país (…) realizar la transición es urgente y tendría efectos para todas las personas”, comentó Alejandra Macias, directora ejecutiva del CIEP, en una conferencia de prensa.
Durante la presentación del documento ‘Energía y finanzas públicas. Hacia una transición justa’, el coordinador del proyecto, César Rivera, explicó que el sector energético es el mayor emisor de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo.
En México, el sector energético emite el 64 % de los GEI, lo que dijo, es “razón suficiente para impulsar la transición energética de manera acelerada”.
Los especialistas reconocieron que el discurso del próximo Gobierno, encabezado por la futura presidenta, Claudia Sheinbaum, ya estima acelerar la transición, pero no ha revelado algún plan específico.
Por ello, consideraron necesario aumentar el uso de energías renovables, lo que, señaló Rivera, “implica una oportunidad muy importante para la sociedad y para el sistema fiscal, para renovarlo y lograr que esta transición sea justa”.
“Siempre vamos a necesitar encontrar recursos y espacio fiscal para hacer cambios. En este momento el espacio fiscal es del 0,9 % del PIB (producto interior bruto), eso es nada para poder rediseñar, repensar, crear, implementar nuevas políticas”, agregó Macias.
Entre los instrumentos fiscales, destacaron penalizar malas prácticas ambientales y generar ingresos adicionales para financiar proyectos sustentables como un impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) al carbono, bonos verdes en el mercado de deuda, impuestos verdes subnacionales, entre otros.
También advirtieron de que la transición se complica por la importancia de los ingresos públicos del sector energético, que representan 4,9 % del PIB y el 22,2 % de los ingresos públicos.
El documento recuerda que desde 2021, bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, se impulsó más el uso de combustibles fósiles para generar energía, relegando a las renovables, lo que ha propiciado que la CFE solo genere 24,3 % de la electricidad con fuentes renovables, cuando su meta para este año era el 35 %.
Sobre Pemex, los analistas alertaron de que es la undécima petrolera estatal con mayor exposición a los riesgos que supone la transición energética, con un modelo que no ha hecho rentable su operación y que cada vez depende más de las transferencias del Gobierno.
Apuntaron que, pese al intento de aumentar su producción, ha caído un 35,4 % de 2014 a 2023, mientras que las reservas de hidrocarburos descendió un 46,4 % en el mismo periodo, lo que deja a Pemex con 12,4 años de reservas restantes.
Además, recordaron que los ingresos proyectados por Pemex en el futuro solo representan el 26,2 % de su deuda total en 2023, mientras recibe apoyos gubernamentales que representan el doble de lo que invierte el Gobierno en medicamentos gratuitos.