Cadereyta de pronto se convirtió en el punto de inflexión al que se montaron actores políticos de los distintos signos políticos y de esa forma, en tanto que Gilberto Herrera un día si y el otro también está a la búsqueda de encontrar temas con los cuales pueda hacer ver mal al gobernador Mauricio Kuri y a su gobierno, en el municipio de Cadereyta, gobernado por su pupila Astrid Ortega, encontró lo que necesitaba para seguir atacando como lo hace sistemáticamente. Por su parte y de forma innecesaria, Martín Arango, el líder de las huestes azules, se subió al ring para deshacer mucho del buen manejo que a lo largo del tiempo han tejido el gobernador y su equipo más cercano, de pronto pareció la historia de Penélope y Odiseo en la que ella deshacía por las noches todo aquello que Odiseo había tejido durante el día.

Vaya que el tema del desafuero de Cuauhtémoc Blanco dividió a propios y extraños, sobre todo por la forma en como cada uno votaron, Gilberto Herrera, el belicoso e intransigente diputado de Morena al que no se le conoce una solo iniciativa como legislador, curiosamente se abstuvo de votar en contra de su correligionario faltando a la disciplina partidista que les fue impuesta a todos y cada uno de los morenistas para defender al impresentable ex futbolista, por su parte, Luis Humberto Fernández, el del manejo discursivo y las acciones moderadas, fiel a su manejo partidista, votó en contra de desaforar al ex gobernador morelense, quien todavía tuvo el descaro de subirse a la tribuna para tratar de hacerse pasar como la verdadera víctima. Así se las gastan en sus contradicciones estos dos legisladores morenistas.

Pero para no quedarse atrás, una de las posturas más incongruentes hacía las mujeres queretanas, fue la de la diputada federal Abigail Arredondo, quien también hace las veces de presidenta del PRI en la entidad y quien, a pesar de ser mujer y de haber adelantado ante la comunidad universitaria que votaría a favor de desaforar a Cuauhtémoc Blanco, salió con la burla de votar en contra del desafuero, con lo que les quedó a deber a las mujeres queretanas, a las universitarias y muy en particular, a aquellas a las que les había comprometido su voto, pero tuvo que ser congruente y fiel con su voto, al otro impresentable, al líder de su partido y a quien le debe su curul, Alejandro Moreno, el vergonzante Alito, sobre quien también pesaba la amenaza de un desafuero y “convinieron” con los diputados de Morena salvar tanto a Cuauhtémoc, como a Alito. Sin justificarlos, de los hombres podría tratar de entenderse, pero ¿Una mujer votando en contra de las mujeres? Solo Abi Arredondo sabe porque lo hizo, ahora vendrá la parte en la que deba rendir explicaciones a las mujeres queretanas.

Termina la semana y la huelga en Cadereyta se resolvió sin dejar enteramente satisfechas a ninguna de las partes y al parecer, el único que verdaderamente ganó, fue el abogado que permanecía aferrado a mantener la huelga si no se le cubría la buena bolsa que exigía como parte de sus honorarios.

¿Cuál será el siguiente conflicto que trae entre manos el sórdido diputado federal?

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