Londres. Una cápsula del tiempo enterrada en 1991 por la princesa Diana junto a un grupo de niños en el Hospital Great Ormond Street (GOSH) fue desenterrada tres décadas después, revelando una colección de recuerdos que retratan la vida y la cultura de los años noventa.

El hallazgo incluyó objetos como un CD de Kylie Minogue, una calculadora solar, un televisor de bolsillo, monedas británicas, semillas de árboles, un holograma de copo de nieve, una hoja de papel reciclado, un pasaporte europeo y una fotografía de la propia princesa Diana. Los artículos fueron seleccionados por niños a través de un concurso del programa infantil Blue Peter de la BBC.

Aunque la cápsula fue diseñada para permanecer enterrada durante siglos, debió ser retirada para permitir el inicio de las obras del nuevo Centro de Cáncer Infantil del hospital, que busca convertirse en referente nacional en el tratamiento de esta enfermedad. El proyecto ha impulsado la mayor campaña de recaudación de fondos en la historia de GOSH, con la meta de reunir 300 millones de libras.

Algunos de los objetos sufrieron daños por la humedad, pero se conservaron lo suficiente para despertar nostalgia entre el personal del hospital. Janet Holmes, especialista sénior en actividades terapéuticas que participó en la colocación original, recordó con emoción el televisor de bolsillo. “Le regalé uno igual a mi esposo cuando conducía autobuses por todo el país. ¡En ese entonces eran carísimos!”, relató.

El momento también tuvo un componente simbólico. La cápsula fue enterrada el mismo año en que nació la doctora Rochana Redkar, actual especialista en hematología-oncología pediátrica del hospital, quien calificó el acto de recuperación como “hermoso”.

La ceremonia de 1991 se inspiró en otra realizada en 1872, cuando la entonces princesa Alexandra también selló una cápsula en el hospital, aunque esta última nunca fue encontrada.

Diana de Gales, presidenta honoraria de GOSH desde 1989, visitó con frecuencia el hospital y participó en la inauguración del edificio Variety Club en 1994. Hoy, más de 30 años después, la cápsula que ayudó a enterrar se convierte en un testimonio tangible de su legado y del espíritu de una época.

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