El saludo de Diwali del director del FBI, Kash Patel, el mes pasado desató una ola de mensajes de odio en X (antes Twitter) de cuentas nacionalistas cristianas y supremacistas blancas, que lo acusaron de adorar “demonios de arena” y lo instaron a irse de Estados Unidos.

El fenómeno no se limitó a Patel. También recibieron hostilidad en la red social figuras como Nikki Haley, Vivek Ramaswamy, Harmeet Dhillon, la Casa Blanca, el Departamento de Estado y gobernadores republicanos como Greg Abbott y Sarah Huckabee Sanders, al publicar saludos por el festivo.

El nuevo blanco del racismo

Investigadores del Center for the Study of Organized Hate registraron casi 2.700 publicaciones racistas contra indios y estadounidenses de origen indio solo en octubre, un aumento marcado desde la transformación de X bajo Elon Musk, donde contenido previamente moderado ahora se amplifica y alienta.

Estos ataques se enfocan especialmente en los beneficiarios del programa de visas H-1B, acusándolos de “robar empleos” a estadounidenses, contratar solo dentro de su comunidad o practicar costumbres culturales consideradas “atrasadas”. La retórica frecuentemente incluye estereotipos sobre suciedad, olores y hábitos culturales.

Impacto en la vida cotidiana

La hostilidad online se ha trasladado a incidentes fuera de internet. En Florida, un concejal fue censurado por comentarios antiindios; en Texas, manifestantes enmascarados portaron carteles contra indios y trabajadores con visas H-1B. Individuos reportaron amenazas verbales y discriminación en restaurantes y espacios públicos.

Especialistas advierten que esta demonización está vinculada al éxito económico y profesional de los estadounidenses de origen indio, presentes en tecnología, gobierno, medicina, negocios y medios de comunicación, y que su prominencia los convierte en un blanco para la ultraderecha.

Roles políticos y discurso oficial

El vicepresidente J. D. Vance, cuya esposa es indoestadounidense, ha hecho declaraciones sobre inmigración que algunos expertos consideran que refuerzan la hostilidad hacia grupos inmigrantes, enfatizando la herencia sobre la ciudadanía como criterio de pertenencia.

El propio Kash Patel destacó su estatus de “estadounidense de origen indio de primera generación cuyos padres inmigraron legalmente”, pero muchos usuarios desestimaron esto, repitiendo mensajes xenófobos y nacionalistas cristianos.

Llamado a la solidaridad

Rohit Chopra, investigador de ultraderecha y racismo online, señaló que la situación debería servir como advertencia: el racismo dirigido a grupos minoritarios puede afectar a cualquier comunidad, y la hostilidad hacia los indoestadounidenses debería motivar reflexión y solidaridad con otros grupos vulnerables.

El aumento del odio antiindio refleja una tendencia más amplia de xenofobia y racismo en Estados Unidos, particularmente en espacios digitales donde figuras políticas y movimientos de ultraderecha legitiman retórica discriminatoria.

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