El primer ministro portugués, el derechista moderado Luis Montenegro, ganó las elecciones legislativas anticipadas del domingo, pero, al igual que hace un año, no consiguió una mayoría suficiente para garantizar la estabilidad política en el país ibérico.
El resultado amenaza con dejar a Portugal, miembro de la OTAN y de la Unión Europea, una vez más sin gobierno estable, en un momento en que el bloque se enfrenta a las crecientes tensiones comerciales mundiales y trabaja para reforzar sus defensas.
Según los resultados oficiales casi completos, la gobernante Alianza Democrática (AD) de Montenegro obtuvo el 32,7% de los votos, frente al 23,4% del Partido Socialista y el 22,6% del partido de extrema derecha Chega (“Basta”).
Sin contar los cuatro mandatos de las circunscripciones en el extranjero, que no se asignarán hasta los próximos días, la coalición saliente obtuvo 89 escaños de un total de 230, muy por debajo de la mayoría absoluta de 116 diputados.
“El pueblo quiere este gobierno y este primer ministro”, dijo Montenegro a sus seguidores que celebraban tras el anuncio de los resultados.
Pese a que los ultraderechistas podrían tener la llave para gobernar, Montenegro, abogado de 52 años, ha rechazado cualquier alianza con Chega, al afirmar que es un partido “poco fiable” y “no apto para gobernar”.
El líder de AD fue el protagonista central de la campaña, ya que él mismo provocó estos comicios anticipados al dimitir en marzo a raíz de unas sospechas de conflicto de intereses relacionadas con una empresa de consultoría registrada en su domicilio y a nombre de sus hijos.
“Nadie ha sido jamás tan transparente como yo”, afirmó durante su último mitin, en respuesta al líder de la oposición socialista, Pedro Nuno Santos, quien lo acusó de “mezclar política y negocios” al recibir dinero de empresas privadas tras asumir el cargo.
“Votar otra vez”, rezaba el titular del diario Publico en su portada, en un reflejo del cansancio de la población ante otros comicios anticipados.