El magnate estadounidense Bill Ackman, segundo mayor inversor en Universal Music Group (UMG), anunció su intención de cambiar la sede y la cotización bursátil del sello musical de Ámsterdam a Estados Unidos, con el objetivo de completar este proceso en 2025. Esta decisión llega un día después de los disturbios entre hinchas israelíes y manifestantes propalestinos en Ámsterdam, que resultaron en decenas de detenidos y varios heridos. Ackman, quien dirige el fondo Pershing Square Holdings, expresó que los “eventos de las últimas 24 horas en Ámsterdam” refuerzan su determinación de llevar a UMG a un entorno más seguro y favorable.
En un mensaje publicado en X (antes Twitter), Ackman explicó su plan de retirar a UMG de la bolsa de Ámsterdam, dejando su cotización exclusiva en la Bolsa de Valores de Londres (LSE). El empresario argumentó que la medida no solo tiene sentido desde el punto de vista empresarial, al centralizar la cotización en una jurisdicción estable, sino que también responde a principios morales, destacando la necesidad de una mayor protección para turistas y minorías.
Ackman, quien posee el 23 % de Pershing Square Holdings y es miembro de la junta directiva de UMG, indicó que su fondo tiene un derecho contractual para llevar a UMG a la bolsa estadounidense, un movimiento que prevé concretar el próximo año. Argumentó que la cotización en Nueva York permitiría a UMG acceder a índices clave como el S&P 500, lo cual podría ayudar a eliminar el “descuento” con el que actualmente cotiza y mejorar la liquidez de las acciones.
Los incidentes en Ámsterdam ocurrieron tras un partido de fútbol entre el Maccabi de Tel Aviv y el Ajax, lo que desató enfrentamientos entre hinchas israelíes y manifestantes propalestinos, dejando 62 personas arrestadas por violencia pública. Las autoridades holandesas condenaron estos actos como “antisemitismo”, y el gobierno israelí, que envió un avión para recoger a sus ciudadanos, calificó los ataques como “planeados y graves”. António Guterres, secretario general de la ONU, condenó tanto el antisemitismo como el fanatismo antimusulmán en relación con el conflicto.
Ackman concluyó su mensaje aludiendo a una decisión estratégica y moral de “proteger los intereses de los accionistas” de UMG y su compromiso de trasladar la compañía a un mercado que ofrezca mayor estabilidad.