EFE / Industriales internacionales creen que en los próximos diez años México dará el “gran salto” para convertirse en una potencia industrial, como China y ser un proveedor de productos terminados, asegura a EFE Bernd Rohde, director general de la Italian German Exhibition Company México.
“Idóneamente vamos a llegar a tener los productos terminados en México, ¿qué significa eso? Que realmente vamos a dar el brinco de ser un proveedor industrial a ser un proveedor de productos finales, a ser una competencia como lo es China”, dice Rohde, quien también está cargo de la Industrial Transformation México (ITM), una organización que se encarga de realizar encuentros industriales a nivel internacional.
La oportunidad que se le presenta a México se enmarca dentro del fenómeno de la relocalización de empresas o “nearshoring”. Este proceso, detalló Rohde, implicará que más empresas nacionales y extranjeras invertirán en México para producir en el país, para instalar o ampliar sus plantas de producción e integrar aún más las cadenas de producción.
En estos momentos, diversos países como México y Vietnam compiten por atraer inversiones y formar parte de la cadena de proveedores globales, especialmente tras la ruptura comercial entre Estados Unidos y China. En algunos casos, el encadenamiento productivo es completo, como sucede con una empresa instalada en la ciudad de Guanajuato, que fabrica un avión íntegramente.
Mano de obra joven
El organizador de la ITM, entidad con la que EFE tiene un acuerdo de difusión de contenidos, resalta que un factor decisivo que posiciona a México sobre otros países es la edad promedio de sus trabajadores y la gran cantidad de jóvenes.
En efecto, en Europa la edad promedio oscila entre los 48 y 50 años, lo mismo que en países asiáticos como Japón y Corea del Sur. En tanto, China atraviesa un problema generacional, debido a que su tasa de natalidad y su población joven es cada vez menor.
“México está posicionado idóneamente para ser receptor de inversión y no solamente para producir, sino también para diseñar los productos”, subrayó.
Además, México es uno de los países con más población graduada en carreras relacionadas con Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, conocidas como “STEM”, con una producción promedio de medio millón de ingenieros al año.
Retos para la inversión
Pero también existen riesgos de cara al futuro, recuerda este directivo industrial, como la energía, la seguridad y la incertidumbre por el resultado de las elecciones presidenciales del próximo año.
Estos son retos que pueden enfrentarse y que, incluso, no generan extrañeza para los empresarios, que buscan aprovechar las ventajas del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para proveer al mercado regional más grande.
Y respecto a la inseguridad pública, Bernd Rohde reconoce que se trata de un problema real, pero que no constituye un factor que ahuyente la inversión, como tampoco quien será el próximo presidente del país.
De hecho, el que haya un nuevo Gobierno representa nuevas oportunidades para instalar más plantas de generación eléctrica verdes, en tanto las compañías seguirán empujando sus objetivos sostenibles de cara a los compromisos globales de 2030.