Costco decidió romper el silencio que la mayoría de las grandes empresas estadounidenses ha mantenido frente a los polémicos aranceles impuestos este año por el expresidente Donald Trump. El viernes pasado, la compañía presentó una demanda contra el Gobierno ante el Tribunal de Comercio Internacional, acusando a la administración de haberse extralimitado en su autoridad y buscando, además, el reembolso de los millones que ha pagado si la Corte Suprema anula finalmente dichos gravámenes.

El caso, discutido en la Corte Suprema el mes pasado, se centra en si Trump tenía facultades legales para imponer aranceles amparándose en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional. Con esa herramienta, el exmandatario aplicó aranceles de hasta 50% a países como India y Brasil, y de hasta 145% a China. Para finales de septiembre, el golpe acumulado a los importadores estadounidenses alcanzaba los 90 mil millones de dólares, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

La jueza Amy Coney Barrett anticipó el tamaño del problema: si los aranceles se consideran ilegales, el proceso de reembolsos podría convertirse en “un desastre”.

Costco va por su propio camino

Mientras muchas empresas han optado por solicitar prórrogas a la CBP para mantener abiertos sus pagos y facilitar posibles devoluciones, Costco decidió ir más lejos y demandar directamente al Gobierno. Sus abogados argumentan que ninguna empresa tiene asegurado un reembolso automático, incluso si la administración pierde el caso ante la Corte Suprema.

En la demanda, Costco alega que la CBP ha rechazado múltiples solicitudes para evitar que sus pagos arancelarios queden en firme. El temor es claro: si el Gobierno declara ilegales los aranceles, podría no existir un mecanismo eficaz para recuperar el dinero.

Trump, que ha calificado el litigio como un asunto de “vida o muerte para nuestro país”, podría además complicar administrativamente cualquier devolución, según especialistas.

Empresas cautas, pero con mucho en juego

La postura desafiante de Costco contrasta con la estrategia de gigantes como Amazon, que se mantienen al margen luego de enfrentamientos previos con la Casa Blanca. Basta recordar cuando Amazon consideró informar a los consumidores cuánto del precio final se debía a los aranceles: la reacción política provocó una caída inmediata en sus acciones.

Sin embargo, el silencio tiene un precio. Emil Stefanutti, director ejecutivo de Gaia Dynamics, advierte que Costco corre un riesgo calculado: si no actúa, podría quedarse sin un mecanismo para recuperar lo pagado, incluso si se establece que los aranceles fueron ilegales.

“Para una empresa de ese tamaño, absorber costos tan altos sería un golpe potencialmente irrecuperable”, señaló.

¿Un movimiento temerario o estratégico?

Expertos como Marc Busch, académico de Georgetown, consideran que más compañías podrían imitar a Costco. El principal temor es que la Corte Suprema se limite a resolver la constitucionalidad de los aranceles sin abordar el tema clave: cómo y a quién reembolsar.

Costco no ha revelado cuánto ha pagado en aranceles, pero la decisión de enfrentar frontalmente al Gobierno de Trump revela lo que está en juego para la empresa y para todo el sector minorista.

Si el fallo resulta favorable a los importadores, lo que hoy parece un movimiento arriesgado podría convertirse en una victoria multimillonaria. Si no, Costco podría quedar aislada ante una Casa Blanca dispuesta a castigar a quienes desafíen su agenda comercial.

Lo único seguro es que el caso definirá no solo la política arancelaria de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder entre empresas y Gobierno en tiempos de tensiones globales crecientes.

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