Nueva York abre esta semana la temporada de subastas de noviembre con una estimación conjunta mínima de 1,600 millones de dólares entre Sotheby’s, Christie’s y Phillips. El protagonismo recae en Gustav Klimt, las colecciones privadas de grandes fortunas estadounidenses y piezas atípicas como un esqueleto casi completo de triceratops.
La obra central será El retrato de Elisabeth Lederer (1914-16), de Klimt, valorada en 150 millones de dólares, confiscada por los nazis y posteriormente recuperada por la familia de la retratada. Leonard Lauder, heredero de Estée Lauder y fallecido este año, adquirió la pieza en los años ochenta. Su colección completa, que Sotheby’s espera que recaude unos 400 millones, inaugurará el nuevo edificio Breuer el 18 de noviembre.

La temporada incluye más obras del propio Klimt, con dos paisajes estimados en 80 y 70 millones. También se subastarán colecciones de Jay Pritzker (con un Van Gogh valuado en 40 millones y un conjunto estimado en 120) y de Robert Weis (que incluye un Rothko de 50 millones y un total proyectado de 180).
Christie’s abre con un retrato de David Hockney estimado en 40 millones y un Nenúfares de Monet en escala similar. Sotheby’s ofrecerá El sueño de Frida Kahlo —estimado en 40 millones y posible nuevo récord para una artista mujer—, Crowns (Peso Neto) de Jean-Michel Basquiat (35 millones) y un inodoro de oro de Maurizio Cattelan (10 millones).
Phillips, más orientada al arte contemporáneo, presentará un doble retrato de Francis Bacon (13 millones), un abstracto de Joan Mitchell (10 millones) y un triceratops juvenil a partir de 2.5 millones, en un contexto de creciente venta privada de fósiles que mantiene en alerta a la comunidad científica.
Las previsiones —un 40% más altas que en noviembre de 2024— no significan una recuperación plena. El Art Market Update de Bank of America reporta que el primer semestre de 2025 cayó 10% respecto al año anterior en ventas de arte subastado, impulsado por la disminución de obras de más de 10 millones y el aumento de transacciones privadas. Sin embargo, el segmento medio muestra un repunte del 17% en piezas por debajo de ese umbral.
El informe Global Collecting de Art Basel y UBS coincide: pese a la incertidumbre económica y la fragmentación del mercado, los grandes patrimonios conservaron su capacidad adquisitiva y siguieron comprando arte.






