En apenas unos años, el anime ha pasado de ser un producto de nicho, asociado a los aficionados más apasionados, a convertirse en un fenómeno cultural global. El reciente éxito de Guardianes de la noche: la fortaleza infinita, con más de 640 millones de dólares recaudados en todo el mundo, confirma su poder de convocatoria.
De la pregeneración a la era digital
Los estudios sobre la evolución del anime lo dividen en varias etapas. La “Pregeneración” (1910-1950) corresponde a los primeros experimentos animados en Japón. La “Primera Generación” (1950-1970) marca el nacimiento de las series televisivas y de un estilo gráfico propio, aún dirigido al público infantil.
La “Segunda Generación” (1970-1983) amplía el espectro temático con historias más adultas, mientras que la “Tercera Generación” (1983-1995), considerada la “Edad de Oro”, diversifica géneros y conquista audiencias internacionales con títulos como Sailor Moon, Los caballeros del zodiaco y Dragon Ball.
Desde 1995, la “Cuarta Generación” ha estado marcada por la digitalización y la expansión global, impulsada por internet y la distribución en streaming.
Tecnología y nuevas narrativas
El avance tecnológico transformó la animación japonesa. Las plataformas como Netflix multiplicaron la audiencia y permitieron la creación de obras con libertad estilística, como Devilman Crybaby (2018) y Aggretsuko (2020).
Títulos como Made in Abyss (2017) y Shingeki no Kyojin (2013) consolidaron una animación más compleja y emocional, mientras que producciones como DoroHeDoro (2020) demostraron el potencial del CGI en la recreación de mundos híbridos entre el dibujo y el modelado tridimensional.
La era de los cazadores de demonios
El fenómeno contemporáneo Guardianes de la noche: Kimetsu no Yaiba (2019) llevó al anime a un nuevo nivel de sofisticación visual. Su más reciente entrega, La fortaleza infinita (2025), producida por Sony, Ufotable y Aniplex, se convirtió en la película de anime más taquillera de la historia y ganó el premio a la “Mejor Animación Internacional 2025” en los Critics Choice Awards.
Su combinación de animación 2D y 3D, junto al uso expresivo del color y la rotoscopia, la sitúan como un referente técnico y narrativo.
De Japón al mundo: el estilo “animesque”
El éxito de Las guerreras del K-Pop (2025), coproducción entre Sony Pictures Animation y Netflix, muestra la expansión del lenguaje anime fuera de Japón. Su estética vibrante y mezcla de música pop y acción sobrenatural la convirtieron en la película animada más vista de Netflix, con temas que incluso alcanzaron el número uno en Billboard.
Aunque no japonesa, su lenguaje visual comparte los códigos del anime: dinamismo, emotividad y estilización. El término “animesque” describe esta nueva animación global influenciada por la tradición japonesa.
La Quinta Generación
La etapa actual puede definirse como la “Quinta Generación” del anime: una era de hibridación técnica y narrativa, donde las fronteras entre oriente y occidente se diluyen. La animación ya no distingue entre lo otaku y lo mainstream, sino que se afirma como un lenguaje universal del entretenimiento contemporáneo.
El anime, más que un género o un estilo, se ha convertido en una forma de expresión global que trasciende culturas y generaciones.





