Voyager 1, lanzada en 1977 y hoy la nave más alejada de la Tierra, llegará en noviembre de 2026 a una distancia equivalente a un “día luz”: 26,000 millones de kilómetros. Una señal tardará 24 horas en llegar y otro día en regresar. Actualmente se encuentra a 25,400 millones de kilómetros.

La sonda opera en espacio interestelar a 61,000 km/h y no ha corregido trayectoria desde su paso por Saturno en 1980. Su gemela, Voyager 2, alcanzará ese punto en 2035, aunque probablemente fuera de operación.

Las comunicaciones con ambas sondas funcionan a 160 bits por segundo. Requieren múltiples antenas para recuperar señal por la gran distancia. Sistemas reducidos permiten extender operación, apagando instrumentos para conservar energía y mantener calor.

Riesgo operativo: congelamiento de propelente desviaría antena y cortaría comunicación. NASA busca mantener activos magnetómetro, subsistemas de ondas de plasma y rayos cósmicos para medir interacción del Sol con el espacio interestelar.

Objetivo: sostener misión hasta su 50 aniversario en 2027. Voyager 1 y 2 continúan enviando datos únicos sobre heliopausa y condiciones interestelares.

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