La noticia sorprendió al mundo deportivo con cifras astronómicas. El histórico equipo Chicago Bears alcanzó una valoración de $8,900 millones tras concretarse la venta de una participación minoritaria que reconfigura el mapa financiero de la NFL.
De acuerdo con tres personas cercanas al acuerdo, que pidieron anonimato por no estar autorizadas a hablar públicamente, la operación cerró hace apenas unos días y no requirió la aprobación de tres cuartas partes de los dueños de la liga, ya que la compra fue realizada por los actuales propietarios del equipo.
La porción de 2.35% vendida pertenecía a los herederos de Andrew McKenna, empresario fallecido en 2023. Según estas fuentes, dos tercios del paquete fueron adquiridos por la familia McCaskey -que ahora controla cerca del 77% del equipo- y el resto pasó a la familia Ryan, que posee alrededor del 23%. Galatioto Sports Partners asesoró a los vendedores en la transacción.
El salto en la valoración es impresionante: en 2024 los Bears valían $6,400 millones, ocupando el décimo puesto de la liga. Hoy ya figuran séptimos en la lista de 2025, superando incluso a recientes operaciones récord. Para ponerlo en perspectiva, la anterior marca se registró en mayo, cuando una participación del 6.2% en los San Francisco 49ers fue valorada en $8,600 millones. Antes de eso, el 8% de los Philadelphia Eagles alcanzó los $8,300 millones.
En paralelo, otros equipos también mueven fichas. Los New York Giants buscan desprenderse del 10% de su capital con una valoración cercana a los $10,000 millones, lo que podría establecer un nuevo récord en el corto plazo.
Los Bears, mientras tanto, siguen jugando en el envejecido Soldier Field, pero analizan mudarse a Arlington Heights con un estadio moderno de cúpula fija, que abriría la puerta a más ingresos gracias a conciertos y eventos durante todo el año.
El fenómeno refleja cómo la NFL se ha convertido en una máquina de generar valor: en 2023, los Washington Commanders se vendieron por $6,050 millones, cifra que palidece frente al nuevo estándar impuesto por Chicago.