NYT / En diciembre, Ellicia Chiu y Cher Su solo llevaban unas cuantas cajas cuando se mudaron a un departamento sin elevador en el barrio neoyorquino de Lower East Side. Antes de mudarse, desde Los Ángeles, las dos amigas sabían que tendrían que amueblar su nuevo departamento con pequeños electrodomésticos de cocina, decoración y muebles. Sin embargo, en lugar de comprar artículos nuevos, sabían que sería más económico encontrarlos de segunda mano en Marketplace de Facebook, el servicio de compraventa de la red social.
“Solo uso Facebook para Marketplace”, comentó Chiu, de 24 años, que añadió que pasaba la mayor parte de su tiempo en redes sociales en TikTok e Instagram, propiedad de Meta, la empresa matriz de Facebook.
Para muchos veinteañeros que no disponen de muchos ingresos, Marketplace es un lugar donde conseguir ofertas en artículos que normalmente no podrían costear.
“Como veinteañera, quiero tener cosas más bonitas, pero aún no tengo los medios económicos para comprarlas”, comentó Chiu, que prefiere Marketplace a otros sitios porque su interfaz es sencilla de usar, lo que facilita encontrar ofertas en muebles.
En la última década, Facebook ha perdido popularidad entre la generación Z como red social, según una encuesta del Centro de Investigaciones Pew de 2022. En su lugar, los más jóvenes pasan más tiempo en redes sociales como Instagram, TikTok y Snapchat.
“Marketplace de Facebook se conoce a menudo como ‘la venta de garaje de internet’ y es una contraparte moderna de eBay y Craigslist”, explicó Yoo-Kyoung Seock, profesora de textiles, comercialización e interiores en la Universidad de Georgia, que estudia el comportamiento del consumidor entre la generación Z y los milénials, así como la sustentabilidad ambiental en la industria textil. “El notable éxito de la plataforma se debe en gran medida a la confianza que depositan en ella los usuarios, fruto de su conexión única con la red social de Facebook”.
Para una generación consciente con el medioambiente que prefiere comprar de segunda mano, Marketplace se ha vuelto popular.
“Los jóvenes, incluyendo estudiantes y jóvenes profesionistas, se sienten cada vez más atraídos por los artículos de segunda mano”, afirmó Seock. La aceleración de la inflación también ha hecho de las compras de segunda mano una opción práctica, añadió.
Lanzado en 2016, Marketplace tiene más de mil millones de usuarios activos mensuales y es el segundo sitio en línea más popular para artículos de segunda mano, detrás de eBay, según una encuesta realizada en 2022 por Statista, una empresa que proporciona datos de mercado. Meta no dice mucho sobre Marketplace como negocio, cómo sus datos demográficos pueden diferir de Facebook en general y si tiene una visión para hacer crecer la plataforma en sus informes anuales. Meta no respondió a preguntas sobre si tiene objetivos empresariales a largo plazo para Marketplace o si es consciente de la popularidad de la plataforma entre la generación Z. Algunos compradores dicen que prefieren Marketplace a Craigslist, que era popular entre las generaciones mayores que buscaban bienes usados porque, a diferencia de Craigslist, los compradores y vendedores de Marketplace tienen perfiles con calificaciones que los hacen más fiables y la mensajería está integrada en Facebook, lo que facilita la comunicación.
Marketplace es gratuito para los compradores. Aunque los vendedores pueden encontrarse con gastos de transacción, muchos de ellos los evitan vendiendo localmente y pidiendo a los compradores que lleven dinero en efectivo al recoger su compra. Chiu dice que suele pagar con Venmo, aunque puede llevar dinero en efectivo si el vendedor insiste.
Chiu y Su dijeron que su compra favorita en Marketplace fue un sofá de West Elm, que el vendedor tenía desde hacía menos de un año. El sofá costaba 1200 dólares al por menor y ellas lo compraron por 145 dólares. Chiu dijo que el vendedor le había advertido que el sofá tenía marcas de rasguños de gato, pero cuando ella y Su fueron a verlo, no vieron mucho daño.
Otros de sus hallazgos favoritos en Marketplace son una arrocera Zojirushi (precio de venta al público: 150 dólares; comprada en Marketplace por 50 dólares), una aspiradora Dyson (precio de venta al público: 470 dólares; comprada en Marketplace por 135 dólares) y una mesa extensible Ikea Norden (precio de venta al público: 350 dólares; comprada en Marketplace por 150 dólares).
En total, Chiu y Su dijeron que gastaron casi 1400 dólares en más de 30 artículos comprados en Marketplace y calcularon que ahorraron más de 3000 dólares.
No todas las compras de Chiu y Su han sido un éxito: Chiu una vez le compró a un vendedor una planta y descubrió que tenía las raíces podridas cuando intentó trasplantarla. Los compradores tienen que negociar las devoluciones con los vendedores en Marketplace, y el vendedor de la planta de Chiu le ofreció más tarde un reembolso del 50 por ciento del precio que había pagado, un acuerdo que aceptó. Su cuenta que una vez compró una estantería que se desmoronó cuando llegó a casa. No le devolvieron el dinero.
Su dijo que era consciente de las estafas de Marketplace y que intentaba evitarlas. “Hay muchos estafadores que intentan pedir información personal al enviar mensajes sobre artículos, así que se debe tener cuidado con eso también”, advirtió. (Meta ofrece a los usuarios guías para reconocer y evitar las estafas).
Sebastian Ramos, estudiante de tercer año de la Universidad DePaul de Chicago, también utiliza Marketplace para comprar y vender artículos, e incluso una vez le regalaron un sofá (precio de venta al público estimado: 1300 dólares). También ha comprado estanterías acrílicas para discos de vinilo (precio de venta al público estimado: 45 dólares; compradas en Marketplace por 10 dólares) y ha vendido su Nintendo 3DS usada (precio de venta al público: 200 dólares; vendida en Marketplace por 150 dólares).
Ramos, de 21 años, dijo que no utilizaba Facebook como red social, pero que le gustaba comprar artículos de segunda mano en Marketplace para ahorrar dinero y también porque le gustaba comprar en tiendas de segunda mano.
“No hay razón para pagar más por algo nuevo cuando puedes encontrar algo usado o incluso ligeramente usado por mucho menos dinero”, concluyó.