Un alto cargo del círculo íntimo del presidente ruso Vladimir Putin, advirtió de que varios países están organizando “esfuerzos titánicos” para socavar la próxima cumbre entre el líder ruso y el presidente de EE.UU. Donald Trump.
Está previsto que los dos líderes se reúnan en Alaska el 15 de agosto, aunque el anuncio de Trump, realizado el viernes a través de una publicación en la red social Truth, ofrecía pocos detalles adicionales sobre la cumbre. Tampoco está claro si el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy será invitado a participar en las conversaciones, mientras la guerra no provocada del Kremlin entra en su cuarto año.
“Sin duda, varios países interesados en que continúe el conflicto harán esfuerzos titánicos para perturbar la reunión prevista entre el presidente Putin y el presidente Trump”, escribió el sábado el enviado ruso para las inversiones, Kirill Dmitriev, en un post de Telegram, en referencia a la guerra que el Kremlin mantiene en Ucrania.
Aunque Dmitriev no nombró a países concretos, advirtió de que los detractores de las próximas conversaciones podrían intentar sabotear la cumbre mediante maniobras diplomáticas o provocaciones mediáticas. Varios países europeos de la OTAN se han mostrado abiertamente escépticos ante cualquier acuerdo que recompense la agresión rusa en la guerra de tres años.
Dimitriev, que se reunió con funcionarios de la administración Trump en Washington en abril, ha sido apodado ministro “por su papel entre bastidores en la configuración de la diplomacia mundial rusa.
Como jefe del fondo soberano del Kremlin y enviado especial recientemente nombrado, ha actuado a menudo como puente informal entre Moscú y Washington.
Mientras tanto, el Kremlin dijo en un comunicado el sábado que se espera que Trump y Putin “se centren en debatir las opciones para lograr una resolución pacífica a largo plazo de la crisis ucraniana.”
“Evidentemente, será un proceso difícil, pero participaremos en él de forma activa y enérgica”, añade la declaración.
Trump ha dicho anteriormente que Putin y Zelenskyy estaban cerca de un acuerdo de alto el fuego, pero sugirió que Kiev tendría que ceder un territorio significativo, un resultado al que se oponen los ucranianos y muchos aliados europeos.






