El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planteó destinar directamente a los ciudadanos los fondos de la cobertura sanitaria de la Ley de Cuidado Asequible (Obamacare), en lugar de transferirlos a las compañías de seguros. La propuesta surge como el principal obstáculo en las negociaciones entre demócratas y republicanos para reabrir el Gobierno federal, que lleva 39 días cerrado.
Trump afirmó en su red social Truth Social que los “cientos de miles de millones de dólares” que actualmente van a las aseguradoras deberían ir “directamente a la gente”, lo que —según dijo— permitiría acceder a “una asistencia sanitaria mucho mejor” y con “dinero sobrante”.
El mandatario volvió a calificar a Obamacare como “el peor sistema sanitario del mundo” y pidió eliminar el filibusterismo para aprobar las iniciativas republicanas sin necesidad de alcanzar los 60 votos en el Senado.
Los subsidios de Obamacare, que expiran a fin de año, son el punto central del desacuerdo. Los demócratas rechazan cualquier presupuesto que no los mantenga, mientras los republicanos acusan al partido contrario —sin pruebas— de buscar ampliar la cobertura a inmigrantes indocumentados.
El líder demócrata Chuck Schumer propuso extender por un año la cobertura a cambio de reabrir el Gobierno, pero el republicano John Thune calificó la oferta como “un fracaso asegurado”. El Senado continúa en sesión para intentar destrabar el conflicto.
El cierre gubernamental ha dejado a miles de empleados federales sin sueldo, ha afectado la financiación del programa de asistencia alimentaria (SNAP) y ha comenzado a impactar el transporte aéreo. El Departamento de Transportes redujo en un 10% el tráfico aéreo nacional ante la falta de controladores, con la posibilidad de elevar el recorte al 20% si el cierre persiste la próxima semana. Miles de vuelos ya han sido cancelados o retrasados en todo el país.





