El presidente Donald Trump afirmó esta semana que los precios de los alimentos “han bajado” durante su segundo mandato y que “solo la carne de res” se ha encarecido. Sin embargo, los datos oficiales contradicen su versión: los precios de los supermercados en Estados Unidos continúan al alza.

Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el precio promedio de los alimentos en septiembre fue 1,4 % más alto que en enero, cuando Trump volvió a la presidencia, y 2,7 % superior al de septiembre de 2024, último año de la administración Biden.

Entre julio y septiembre de 2025, los alimentos registraron los aumentos más pronunciados en tres años: un 0,6 % mensual en julio y 0,3 % en agosto, impulsados por mayores costos en carne, café y productos importados.

El economista David Ortega, de la Universidad Estatal de Michigan, señaló que “las afirmaciones del presidente no coinciden con los datos del propio Gobierno”. Explicó que “los precios de la carne de res sí están en niveles récord, pero no son el único rubro con incrementos; decenas de productos básicos también se han encarecido”.

Los datos del IPC muestran aumentos en cinco de los seis principales grupos de alimentos:

  • Carnes, aves, pescado y huevos: +4,5 %
  • Bebidas no alcohólicas: +2,8 %
  • Cereales y panadería: +1,4 %
  • Frutas y verduras: +1,3 %
  • Otros alimentos para el hogar: +0,8 %
    Solo lácteos y derivados registraron una leve baja del 0,2 %.

Expertos atribuyen parte del incremento a las políticas comerciales y migratorias del propio Trump. Los nuevos aranceles a productos importados —incluidos café, plátanos y materiales de envasado—, así como la escasez de mano de obra agrícola derivada de su ofensiva contra inmigrantes indocumentados, han elevado los costos de producción y distribución.

Entre enero y septiembre, el precio de la carne molida cruda subió 14,2 %, el café 15,3 % y los plátanos 7,9 %.

Lejos de una baja generalizada, las cifras muestran que el costo de la comida en EE. UU. sigue aumentando, y que el discurso del presidente ignora las causas estructurales de la inflación alimentaria bajo su administración.

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