La de Hoy Querétaro — La ciudad de Hong Kong enfrenta una de las peores tragedias de su historia reciente tras el incendio que arrasó el complejo Wang Fuk Court en el suburbio de Tai Po, dejando al menos 128 muertos, decenas de desaparecidos y miles de desplazados. La escena se transformó en un punto de duelo colectivo: filas constantes de personas llevaron flores y notas de condolencias frente a los edificios ennegrecidos.

El incendio, que inició el miércoles y no fue controlado completamente sino hasta el viernes, reveló debilidades críticas en la seguridad de las obras de renovación. Los ocho edificios estaban envueltos en andamios de bambú cubiertos con redes de nylon y con ventanas obstruidas por paneles de poliestireno, una combinación que facilitó la propagación del fuego. Las autoridades investigan si la empresa a cargo violó regulaciones básicas contra incendios.

El gobierno ordenó suspender de manera inmediata 28 proyectos del mismo contratista, Prestige Construction & Engineering Company, citando “falta de confianza” en su capacidad de garantizar seguridad. Tres directivos y un consultor fueron detenidos inicialmente bajo sospecha de homicidio involuntario, y posteriormente arrestados de nuevo por la agencia anticorrupción junto con otros ocho implicados, incluidos subcontratistas y gestores de la obra.

Las investigaciones preliminares mostraron que el incendio comenzó en la parte baja de los andamios y se extendió cuando los paneles de espuma ardieron y rompieron las ventanas. El viento aceleró la propagación y siete de los ocho edificios quedaron en llamas. Cerca de 2.000 bomberos tardaron unas 40 horas en sofocar el siniestro.

Al interior del complejo, que albergaba a numerosas personas mayores, algunas alarmas de incendio no funcionaron. Con más de 4.600 residentes, muchos ahora se encuentran en refugios temporales mientras las autoridades buscan alternativas de vivienda a largo plazo.

La tragedia golpeó con fuerza a comunidades migrantes: siete trabajadores indonesios murieron y varios más están desaparecidos; una trabajadora filipina falleció y otras 12 siguen sin ser localizadas. Sus gobiernos han confirmado la información y expresado preocupación por la seguridad laboral en Hong Kong.

El impacto del siniestro ya provocó una respuesta en China continental. El Ministerio de Gestión de Emergencias anunció una inspección nacional para detectar riesgos en edificios altos, con énfasis en andamios, materiales no retardantes de fuego y sistemas de alarmas e hidrantes.

La magnitud del desastre y el número de cuerpos aún por identificar mantienen a Hong Kong en estado de duelo y bajo presión para depurar responsabilidades.

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