AP / SpaceX lanzó otro Starship, el cohete más grande y potente construido hasta la fecha, en un vuelo de prueba que dio la vuelta a la mitad del planeta mientras transportaba satélites ficticios que simulan Starlink.

El lanzamiento se realizó desde Starbase, en el sur de Texas. El propulsor se separó correctamente y realizó una entrada controlada en el Golfo de México, mientras la nave alcanzó el espacio y descendió sobre el océano Índico, sin que se recuperara ningún componente.

Fue el undécimo vuelo de prueba a escala completa del Starship, diseñado por Elon Musk para enviar personas a Marte y, en el corto plazo, facilitar el regreso de astronautas desde la órbita lunar a la superficie de la Luna para la NASA.

El vuelo incorporó maniobras adicionales, incluyendo pruebas de reingreso sobre el océano Índico como preparación para futuros aterrizajes. La misión duró poco más de una hora y transportó hasta ocho satélites ficticios.

Sean Duffy, administrador interino de la NASA, calificó la prueba como “otro paso importante para colocar estadounidenses en el polo sur de la Luna”. SpaceX también prepara modificaciones en Cabo Cañaveral para acomodar Starships junto a los cohetes Falcon, utilizados actualmente para transportar astronautas y suministros a la Estación Espacial Internacional.

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