Al solicitar un préstamo o crédito en una institución financiera, cumplir con los requisitos establecidos es indispensable. Estas condiciones varían según la entidad, el monto solicitado y el tipo de crédito, pero todas tienen el objetivo de minimizar el riesgo para el prestamista. Entre estas medidas, destaca la figura del aval, un respaldo legal para garantizar el pago en caso de que el deudor principal incumpla.
¿Qué es un aval?
De acuerdo con los Artículos 46 y 48 de la Ley General de Títulos y Operaciones, el aval es una persona que se compromete a cubrir el crédito si el deudor principal no lo hace. Esto convierte al aval en un deudor solidario, es decir, alguien con las mismas responsabilidades legales de pago.
Jesús Chávez, director de análisis en la CONDUSEF, señala que el aval se solicita comúnmente en créditos personales, automotrices y empresariales de montos significativos, cuando el deudor no cuenta con garantías suficientes. En estos casos, el aval debe presentar una situación económica estable, un historial crediticio favorable o bienes que respalden la deuda.
Consideraciones antes de ser aval
Convertirse en aval implica importantes responsabilidades financieras:
- Compromiso solidario: Desde el momento en que se firma como aval, se asume la obligación de pagar el crédito en caso de incumplimiento del deudor principal.
- Cobranza directa: Si el deudor no cumple, el banco puede reclamar el pago al aval sin necesidad de agotar otras opciones. Esto incluye procesos legales, embargos o renegociaciones de deuda.
- Impacto en el historial crediticio: Tanto el deudor principal como el aval pueden enfrentar consecuencias en su reporte crediticio si no se liquida la deuda.
Es posible renunciar a la figura de aval, pero solo con autorización de la entidad financiera y designando un suplente. Otra opción es compartir la responsabilidad entre varios avales, lo que reduce el riesgo individual.
Recomendaciones
Para tomar una decisión informada:
- Evalúa cuidadosamente las condiciones del crédito y los términos del contrato.
- Asegúrate de tener una relación de confianza con el deudor principal.
- Considera tu capacidad financiera para asumir el pago en caso de incumplimiento.
Prevención de fraudes
Es fundamental estar alerta ante posibles intentos de extorsión. No es posible ser aval sin haber firmado un contrato; por lo tanto, cualquier llamada que exija un pago bajo estas circunstancias debe reportarse a las autoridades y a la institución financiera.
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