Durante 2024, el estado logró compensar cerca de 400 mil toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), una cifra histórica impulsada por el programa Sello Querétaro, una plataforma que permite a empresas del sector industrial y agroindustrial compensar sus emisiones contaminantes a través del financiamiento de proyectos ambientales locales.

Actualmente, el sector industrial y agroindustrial en Querétaro genera alrededor de 2.5 millones de toneladas de GEI al año, y aunque aún queda camino por recorrer, 197 mil toneladas fueron compensadas únicamente por el Sello Querétaro durante este último año. De las 300 empresas sujetas al pago de impuesto ambiental por sus emisiones, 25 optaron por adherirse al esquema de compensación, con lo cual pudieron reducir el costo por tonelada de 32 dólares a 20, además de contribuir a un impacto ambiental directo.

Entre los 42 proyectos registrados durante el año, destaca el trabajo del Grupo Ecológico Sierra Gorda (GESG), que desde hace 37 años ha liderado la conservación de los bosques en la región mediante el involucramiento directo de ejidatarios locales. Gracias al esquema de compensación climática, más de 100 familias fueron beneficiadas económicamente por su labor en el cuidado de los bosques, evitando actividades como ganadería, tala, incendios y turismo descontrolado.

“Este mecanismo no busca recaudar impuestos, sino generar impactos reales para el medio ambiente”, explicó el subsecretario de Medio Ambiente de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu), Ricardo Javier Torres Hernández.

El modelo de Carbono Diverso, que incluye los recursos recaudados a través del Sello Querétaro, donaciones y aportaciones voluntarias de empresas de todo el país, permitió al GESG compensar por sí solo 70 mil toneladas de CO2. Más del 85% de los recursos llegan directamente a los dueños de los terrenos forestales, garantizando trazabilidad y transparencia, una característica que ha convertido al programa en un ejemplo replicable a nivel nacional.

“Si no le ponemos interés, se corre el riesgo de que los terrenos forestales sean invadidos o se talen árboles de forma indiscriminada. Como propietarios, tenemos la responsabilidad de proteger estos recursos”, señaló Torres.

Además del beneficio ecológico y social, el Sello Querétaro también ofrece ventajas competitivas a las empresas, ya que alinearse con estándares internacionales de sostenibilidad les permite acceder a nuevos mercados e inversiones que priorizan el compromiso climático.

Para Paty Ruiz, fundadora del GESG, este modelo es una muestra de que es posible conciliar desarrollo económico, justicia social y protección de la biodiversidad, motivo por el cual ha sido reconocido con múltiples premios internacionales.

“Está hecho a la medida del territorio, y eso asegura su implementación correcta y resultados reales”, concluyó.

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