Samara Martínez, periodista de 30 años con insuficiencia renal terminal, impulsa una campaña para legalizar la eutanasia en México. Conectada a una máquina de diálisis diez horas diarias, sostiene que no quiere prolongar su sufrimiento y exige el derecho a morir con dignidad.
Su movimiento, llamado Ley Trasciende, busca establecer un marco legal para la eutanasia activa: permitir a pacientes terminales decidir su muerte, garantizar acompañamiento médico y despenalizar el homicidio por compasión. La iniciativa será presentada ante el Senado con el respaldo de más de 118 mil firmas.
Martínez descarta acogerse a la Ley de Voluntad Anticipada, al considerar que no elimina el sufrimiento físico. Argumenta que los animales pueden recibir una muerte sin dolor, mientras las personas no.
Afirma que su lucha no es rendición, sino una forma de afirmación personal y ética: “He entendido que la muerte no es enemiga. Es una forma de respeto y amor propio”.
Si la ley se aprueba, desea seguir trabajando hasta el final de sus fuerzas y morir en paz, “frente al mar, en un atardecer, rodeada de quienes amo”.





