Rusia esperará al resultado de las elecciones presidenciales de noviembre próximo en Estados Unidos para hablar de la seguridad global y estratégica con Washington, afirmó este jueves el líder ruso, Vladímir Putin.

“En lo que respecta a la seguridad global, hay que esperar a que haya una nueva administración (en EEUU), comprender sus preferencias, sus puntos de vista, sus planes y si tienen deseo de hablar de eso”, dijo el jefe del Kremlin a la prensa rusa en Astaná, donde se encuentra con ocasión de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái.

Putin agregó que la reanudación de las conversaciones bilaterales sobre la seguridad estratégica requieren que Washington muestre su “buena voluntad”.

“Nosotros formulamos nuestras propuestas (…) Pero debe haber buena voluntad por parte de quienes están interesados en eso”, señaló.

Putin señaló que “no está claro” si Washington “quiere o no quiere” reanudar el diálogo estratégico.

En este sentido, aseguró que la administración de Barack Obama dio señales de estar preparada para hablar de ese tema, pero luego cambió de opinión.

“Nos dieron una señal de que lo querían, pero de repente ya no lo querían”, indicó.

En cuanto a la posibilidad del emplazamiento por parte de Rusia de misiles de corto y mediano alcance, Putin alertó que Moscú estaba preparada para hacerlo en respuesta a similares pasos de Washington.

“Si en algún lugar aparecen sistemas de misiles de mediano y corto alcance fabricados en Estados Unidos, entonces nos reservamos el derecho de actuar en forma recíproca”, dijo Putin.

La semana pasada el líder ruso ya había sugerido la reanudación de la fabricación de misiles de corto y mediano alcance en Rusia en respuesta a los pasos tomados por Estados Unidos.

“Nosotros anunciamos en 2019 que no produciríamos esos misiles y no los desplegaríamos si EEUU no lo hacía en otras regiones”, señaló el mandatario ruso.

A la vez, “hoy se sabe que Estados Unidos no sólo produce estos sistemas de misiles, sino que ya los ha traído a Europa para unos ejercicios”, indicó.

El Tratado INF, rubricado por la Unión Soviética y EE.UU. en 1987, fue el primer acuerdo para reducir los arsenales nucleares y condujo a la eliminación en 1991 de todos los misiles balísticos y de crucero de mediano y corto alcance de ambas potencias, un paso clave para poner fin a las tensiones de la Guerra Fría.

Sin embargo, en 2019 Washington acusó a Rusia de violar este tratado y se retiró de él, medida a la que Moscú replicó de la misma manera seguidamente.

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