Ubicada en Coahuila, Rincón Colorado celebra este 21 de noviembre de 2024 su sexto aniversario como la primera zona paleontológica abierta al público en el país, con logros puntuales y nuevos retos, porque no es una moda, es una forma diferente de ver, aprender, respetar y disfrutar este tipo de patrimonio; un espacio que, en tiempos de cambio climático, ha llevado su mensaje a las y los visitantes.
Así lo advierte la responsable académica de la zona, Felisa Aguilar Arellano, quien destaca que el trabajo de las y los especialistas en paleontología no solo busca huesos de dinosaurio, sino todas las evidencias de esas vidas del pasado que se pueden encontrar preservadas y, a través de espacios lúdicos, compartir con el público desde el punto de vista de la divulgación patrimonial de fósiles.
Rincón Colorado se ubica en un Área Natural Protegida del municipio de General Cepeda, a 45 kilómetros de la ciudad de Saltillo, donde hace 72 millones de años estaban las orillas del mar interior de Norteamérica; las rocas de sus cerros conservan las huellas de los organismos marinos que habitaron el sitio. En 1998, ahí se descubrieron los restos fosilizados del Velafrons coahuilensis, un dinosaurio del Cretácico Superior, perteneciente a la familia de los hadrosaurios.
“La zona paleontológica, bajo custodia de la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Centro INAH Coahuila, marca una oportunidad para romper esquemas hollywoodenses de presentar y representar la paleontología y, a cambio, mostrar su lado genuino en un contexto fuera de una pantalla de cine o de un museo tradicional. En Rincón Colorado la misma naturaleza es la protagonista de la historia”, dice el colaborador y creador de contenidos en materia de educación patrimonial de la zona, Leonardo Mercado.
Asimismo, la paleontóloga Felisa Aguilar destaca que, desde su apertura, en noviembre de 2018, y hasta el 21 de noviembre de 2024, a pesar de imprevistos como la pandemia mundial, Rincón Colorado ha puesto en entredicho las malas prácticas y ha comunicado a quienes la visitan y siguen en redes, que existen otras formas de ver y disfrutar el patrimonio paleontológico y natural de México.
“Las comunidades aledañas se han dado cuenta de que el público que visita la zona lo hace por intereses diversos: académico, educativo, por turismo, contemplación y disfrute o por la curiosidad de conocer algo que en sus lugares de origen no es común, como los restos de dinosaurio. Esta nueva forma de ver a los fósiles puede ayudar a alcanzar los objetivos de cuidado y preservación de estos, in situ”.
Hasta el momento, Rincón Colorado ha mantenido la infraestructura con la que abrió al público. Se hace un monitoreo periódico, ya que al estar al aire libre y ante la fluctuación de la temperatura del semidesierto o las lluvias torrenciales ocasionales es susceptible de deterioro. Labor que se realiza con el personal de custodia asignado: dos por parte del INAH, y uno con apoyo del Gobierno del Estado de Coahuila, a través de la Secretaría de Turismo y Desarrollo de Pueblos Mágicos.
Asimismo, se diseña un proyecto de investigación para profundizar más en el conocimiento del contexto de hace 72 millones de años. Paralelamente, en los alrededores del polígono de la zona se han atendido reportes de hallazgos que han derivado en inspecciones, así como en la generación de propuestas de trabajo que serán evaluadas por el Consejo de Paleontología del INAH.
Desde su apertura y con el cierre por unos meses, por la pandemia de la COVID-19, la cantidad de visitantes ha fluctuado. A la fecha ha recibido más de 12,000 personas, con un promedio mensual de 250. El público es diverso y de todos los niveles escolares (desde preescolar hasta universitario), especialistas, apasionados de la paleontología, así como público en general de la República Mexicana, y de países como Brasil, Colombia, Canadá, Estados Unidos y España, etc.
Felisa Aguilar resume el balance de seis años de trabajo en las palabras “aprendizaje constante”. Considera aspectos desde lo teórico, hasta la experiencia del INAH en el manejo de zonas arqueológicas, con ajustes al tratarse de patrimonio paleontológico. Amén del trabajo cotidiano para mantener en buenas condiciones los senderos de visita y generar nuevas estrategias de comunicación para que el público pueda decir: “Rincón Colorado ha superado mis expectativas”.
Cabe destacar que una herramienta esencial para difundir el discurso basado en la educación patrimonial fue la creación de la página de Facebook, desde la cual se han impulsado campañas como “Di-No al saqueo” y “Rincón Colorado, paleontología al natural”, que buscan abogar por el disfrute in situ del patrimonio paleontológico y natural, es decir, en el lugar donde existen y viven.