Contexto Histórico y Arqueológico

La ciudad maya de Chichén Itzá, ubicada en la península de Yucatán, México, es conocida por sus numerosos sacrificios rituales, evidenciados tanto por restos humanos como por representaciones artísticas en sus estructuras monumentales. Este sitio, que fue un importante centro político entre el período Clásico Terminal (800-1000 d.C.) y la llegada de los españoles, alberga múltiples juegos de pelota y templos notables como El Castillo, adornado con serpientes emplumadas.

Uno de los puntos más significativos es el Cenote Sagrado, donde se encontraron restos de más de 200 individuos sacrificados y una escultura a escala real de un tzompantli (estante de cráneos). Cerca de este cenote, en 1967, se descubrió un chultún —una cisterna subterránea— con restos de más de 100 jóvenes sacrificados.

Descubrimientos Recientes

Un estudio reciente publicado en la revista Nature analizó el ADN antiguo de 64 individuos encontrados en Chichén Itzá, revelando que los sacrificios humanos eran mayoritariamente de niños varones provenientes de comunidades cercanas. Este hallazgo contrasta con la creencia previa de que las hembras eran las principales víctimas de sacrificio en la región.

Rodrigo Barquera, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, menciona que entre los sacrificados se encontraron dos pares de gemelos, sugiriendo un homenaje a los Gemelos Héroes de la mitología maya. La ubicación de los restos en un chultún adyacente a una cueva natural puede tener un simbolismo relacionado con las cuevas como entradas al inframundo, donde según la mitología, los gemelos héroes derrotaron al señor del inframundo.

Análisis Genético y Contexto Ceremonial

El análisis anatómico del equipo de investigación indica que muchos de los jóvenes sacrificados eran varones, y aproximadamente el 25% de los restos estaban estrechamente relacionados genéticamente, demostrando una continuidad genética en la región maya. Los estudios isotópicos también revelaron similitudes dietéticas entre los sacrificados, lo que sugiere un origen social y geográfico común.

La datación por radiocarbono muestra que el chultún estuvo en uso entre el siglo VII y el siglo XII d.C. Se especula que los sacrificios de niños estaban relacionados con la búsqueda de mejores cosechas y precipitaciones. Según Barquera, las representaciones de cráneos en el sitio ilustran otros rituales de sacrificio llevados a cabo en Chichén Itzá.

Impacto Genético de las Epidemias Coloniales

La investigación también aborda el impacto genético de las epidemias coloniales en las poblaciones indígenas mayas. Los estudios en la comunidad de Tixcacaltuyub revelaron variaciones en secuencias genéticas relacionadas con la inmunidad, posiblemente como una adaptación a enfermedades traídas durante el período colonial, como la epidemia de cocoliztli de 1545 causada por Salmonella enterica Paratyphi C.

Los autores del estudio sugieren que Chichén Itzá funcionaba como un complejo ceremonial multifacético, similar a una iglesia o mezquita con diversos rituales y elementos. Cada estructura tenía un propósito ceremonial distinto: el chultún para los gemelos héroes, el juego de pelota posiblemente relacionado con la deidad Kukulcan, y el Cenote Sagrado con los ciclos agrícolas.

María Ermila Moo-Mezeta, coautora maya del estudio, destaca la importancia de preservar la memoria histórica del pueblo maya y contribuir al conocimiento desde una perspectiva indígena.

Este estudio proporciona una comprensión más profunda de las prácticas rituales de los mayas y su impacto genético a largo plazo, revelando una cultura rica y compleja aún por descubrir en su totalidad.

Referencia:

Barquera, Rodrigo et al. “Ancient genomes reveal insights into ritual life at Chichén Itzá”. Nature

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