En una acción que ha generado fuertes cuestionamientos legales y sociales, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizaron este miércoles una redada en el barrio de Westlake, Los Ángeles, a pesar de una orden judicial que prohíbe las llamadas “patrullas itinerantes”.
La operación, denominada por las propias autoridades como “Caballo de Troya”, consistió en el despliegue de agentes federales desde la parte trasera de un camión de mudanzas alquilado. La escena, captada en video por reporteros de Fox News, muestra a los oficiales —uno de ellos con sombrero vaquero— descendiendo del vehículo y corriendo hacia trabajadores en un estacionamiento de Home Depot, aparentemente de origen latino.
Fox News reportó que al menos 16 personas fueron detenidas durante la redada, algunas de las cuales fueron subidas nuevamente al camión del cual salieron los agentes.
La acción se llevó a cabo a pesar de una decisión judicial de julio que ordenó suspender las patrullas itinerantes del ICE, tras denuncias de detenciones discriminatorias basadas en perfil racial. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) advirtió que las evidencias preliminares sugieren que el gobierno federal podría estar violando la restricción. “Los agentes tienen prohibido detener a personas únicamente por cómo lucen o dónde están”, declaró el abogado de la ACLU, Mohammad Tajsar.
El vocero del ICE en California, Gregory Bovino, celebró la operación en redes sociales, al igual que el fiscal federal interino Bill Essayli, quien afirmó que “no hay santuarios fuera del alcance del gobierno federal”.
La redada también involucró el uso de un camión de la empresa Penske, cuyos directivos aseguraron no haber sido informados del uso de su vehículo en el operativo. La empresa emitió un comunicado expresando su sorpresa y condenando el uso no autorizado, además de anunciar que buscará aclaraciones con el Departamento de Seguridad Nacional.
Los hechos ocurren en un contexto de creciente tensión entre el gobierno de Donald Trump y las autoridades locales de California. A principios de junio, redadas similares provocaron semanas de protestas en Los Ángeles, una ciudad con millones de inmigrantes. La respuesta federal incluyó el envío de miles de elementos de la Guardia Nacional y 700 marines, pese al rechazo de las autoridades municipales.

 
			



