Para aliviar la carga económica de familias y personas que cuidan a mascotas como perros, gatos y otras pequeñas especies, la diputada federal Abigail Arredondo Ramos ha propuesto una iniciativa que busca aplicar una tasa de cero por ciento en el IVA sobre alimentos para mascotas. Según Arredondo, este cambio beneficiaría a millones de hogares y a los refugios que diariamente enfrentan elevados costos en alimentación.

De acuerdo con datos del INEGI, siete de cada diez familias mexicanas poseen una mascota. La Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares revela que estos hogares destinan entre 676 y 1,500 pesos mensuales a la alimentación de sus animales, lo que representa un gasto anual en IVA de entre 1,297 y 2,880 pesos. Para refugios de animales, los costos de alimentación pueden oscilar entre 10,000 y 35,000 pesos mensuales, lo que implicaría un ahorro de entre 19,000 y 67,000 pesos anuales con la eliminación de este impuesto.

Arredondo argumentó que estos gastos limitan el acceso de las mascotas a una dieta nutritiva y equilibrada. La iniciativa, que busca la tasa cero en IVA para alimentos procesados de perros, gatos y pequeñas especies, tiene como fin aliviar este impacto financiero, especialmente en el contexto de una creciente adopción de mascotas en el país.

“El objetivo es brindar un alivio económico a quienes cuidan y protegen a estos animales, permitiéndoles ofrecer una alimentación adecuada sin que ello represente un costo excesivo. Esta medida sería un cambio pequeño en la política fiscal, pero con beneficios significativos para las familias mexicanas,” explicó Arredondo.

Actualmente, el IVA a alimentos para mascotas se diferencia de los alimentos para otros animales que están exentos del impuesto, pues se considera que estos últimos forman parte de la cadena productiva alimentaria humana. La diputada señaló que la iniciativa también responde a un enfoque de protección animal y ambiental, al reconocer la importancia de estas especies en el entorno familiar y en apoyo a personas con discapacidad que dependen de animales de asistencia, como los perros guía.

En este contexto, Arredondo subrayó la necesidad de incluir en la política fiscal una visión más amplia que beneficie tanto a quienes adoptan mascotas como a los refugios y centros de protección animal, que enfrentan desafíos significativos en la atención de animales abandonados o en situación de riesgo.

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