En medio de una preocupante sequía que ha afectado a todo el país, productores agropecuarios han emitido un llamado urgente ante la pérdida total de sus cultivos de temporal. Esta crisis hídrica, que se ha agravado en los últimos dos años, junto con el bajo nivel de llenado de los cuerpos de agua, está impactando severamente al sector agrícola, según han alertado los propios productores locales.
Francisco Perusquía Nieves, presidente del Frente por Querétaro, ha destacado la necesidad de enfrentar esta crisis tanto para la conservación del agua potable como para asegurar la producción de alimentos, la cual se ha visto gravemente afectada. En este sentido, señaló problemas significativos en las presas San Ildefonso, en Amealco, y Constitución de 1917, en San Juan del Río.
Joaquín Montenegro Gutiérrez, integrante del frente y presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Querétaro, resaltó que de las 94,000 hectáreas sembradas de temporal el año pasado, no se ha cosechado nada, afectando especialmente a los agricultores más vulnerables. Estas hectáreas, explicó, son cruciales para la subsistencia de las comunidades rurales, proporcionando alimento para personas y animales.
Ante esta situación crítica, Perusquía hizo un llamado urgente a invertir en el mantenimiento y limpieza de bordos y presas para aumentar su capacidad de retención de agua. Lamentó la falta de acción en este sentido, criticando la ausencia de recursos destinados a tales fines, incluso cuando existen condiciones favorables para realizar estas tareas.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha informado a Perusquía y otros líderes locales que la sequía podría prolongarse hasta junio de este año, lo que subraya aún más la urgencia de la situación. En respuesta, Alejandro Ugalde Tinoco, secretario del Frente, resaltó la necesidad de invertir en sistemas de retención de agua, infraestructura hídrica y mejorar las prácticas de riego.
El llamado se extiende también a la implementación de políticas públicas federales efectivas, dado el preocupante recorte de recursos y programas destinados al campo. La falta de acción en este ámbito podría agravar aún más la crisis, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y el sustento de miles de familias en todo el país.