El ataque israelí lanzado este sábado contra posiciones de los rebeldes chiíes hutíes en el puerto de Al Hodeida (oeste), el primero del Estado judío contra Yemen, provocó un caos en la principal salida al mar Rojo del país árabe.
Según responsables hutíes, el ataque tuvo como blancos “depósitos de petróleo y la central eléctrica” de Al Hodeida, una ciudad desde donde los insurgentes yemeníes lanzan una gran parte de sus ataques contra barcos israelíes o vinculados con ese país.
No obstante, fuentes portuarias dijeron a EFE que el bombardeo israelí tuvo como objetivo “el muelle de descarga de combustible y gas, los tanques de almacenamiento de combustible y las dos únicas grúas para contenedores en funcionamiento”.
Según esas fuentes, el edificio de la aduana del puerto de Al Hodeida “fue destruido”, mientras que en la periferia norte de la ciudad la aviación israelí atacó el cuartel de la Policía Militar de los hutíes, así como una sede de los servicios de inteligencia de los insurgentes yemeníes.