Las familias de los más de 220 rehenes capturados por Hamás en su sangrienta incursión en Israel el 7 de octubre exigieron este sábado “respuestas” al gobierno, que anunció que la guerra contra el movimiento islamista será “larga y difícil” en Gaza, bombardeada día y noche.

El primer ministro ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se reunió este sábado con los familiares de los cautivos y les informó que las autoridades examinarían “todas las opciones” para liberarlos.

Los dos objetivos de la guerra, insistió, son “destruir” Hamás y “traer a los rehenes de vuelta a casa”.

El jefe de Hamás en la Franja de Gaza, Tahya Sinwar, afirmó que el movimiento islamista estaba dispuesto a efectuar un canje “inmediato” de los rehenes en su poder por los presos palestinos en Israel.

Las familias de los rehenes expresaron su preocupación por la intensificación de los bombardeos y las incursiones terrestres del ejército israelí en Gaza desde el viernes.

Antes de ser recibidos por Netanyahu, los familiares de los rehenes expresaron su desesperación en Tel Aviv y reclamaron la liberación de sus allegados. “¡Ahora, ahora, ahora!”, gritaron entre lágrimas.

Milicianos de Hamás se infiltraron el 7 de octubre por tierra, mar y aire en Israel desde el sur de Gaza, en el ataque más letal desde la creación del Estado hebreo en 1948.

Más de mil 400 personas murieron del lado israelí, principalmente civiles asesinados por Hamás, según las autoridades israelíes, que identificaron 230 rehenes secuestrados por el grupo islamista en el ataque. Solo cuatro mujeres fueron liberadas.

Israel bombardea desde entonces la Franja de Gaza. Hamás, que gobierna este territorio desde 2007, afirma que los ataques aéreos ya dejaron más de 8 mil muertos.

Los rostros y las historias de los rehenes están omnipresentes en los diarios y las redes sociales israelíes. Son jóvenes, ancianos, niños, adultos e incluso recién nacidos.

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