Bayreuth, Alemania — En una proeza vocal pocas veces vista en el mundo de la ópera, el tenor polaco Piotr Beczała ofreció dos impactantes presentaciones de Lohengrin en apenas 41 horas, en dos ciudades distintas y bajo direcciones escénicas completamente diferentes.
El miércoles fue ovacionado en la Ópera Estatal de Baviera en Múnich, y para el viernes ya estaba sobre el escenario del Festspielhaus de Bayreuth, a 241 kilómetros de distancia, interpretando al mismo enigmático caballero medieval en la versión del director Christian Thielemann.
Los papeles de Wagner son conocidos por su extrema exigencia vocal, y los cantantes suelen tener días de descanso entre funciones. Pero Beczała, de 58 años, aceptó este reto extraordinario como parte de la reposición de la producción dirigida por Yuval Sharon, con escenografía de los artistas Neo Rauch y Rosa Loy. El tenor comentó que sentía presión, pero también una fuerte motivación: “Lo hicimos en 2018 y 2019, así que, sí, estuve de acuerdo con este horario loco”.
Ensayos exprés, profesionalismo total
Con tan solo unas horas de ensayo previas, el cantante polaco logró ajustar su interpretación a dos visiones radicalmente distintas: una sobria y contemporánea en Múnich, y otra surrealista e intensamente simbólica en Bayreuth.
“Lleva una interpretación madura que puede adaptarse fluidamente a diferentes visiones directoriales”, destacó Serge Dorny, director de la Ópera Estatal de Baviera. La puesta en escena muniquesa de Kornél Mundruczó abandonó elementos clásicos del libreto, como el cisne que transporta a Lohengrin, para vestir al personaje en jeans y sudadera. En contraste, en Bayreuth apareció con overoles de electricista, empuñando un rayo como espada.
Un veterano de “Lohengrin”
Beczała ha encarnado al personaje en al menos siete producciones distintas, en escenarios de Dresde, Viena, Nueva York, París y Zúrich. Su compromiso con cada versión ha sido impecable, ganándose el respeto de colegas y directores.
La directora de escena Anna Brunnlechner elogió el ritmo intenso de trabajo: “Prefiero un tiempo muy intenso, también con un poco de adrenalina, que un ensayo muy largo donde puedes hablar cada detalle”.
Incluso el detrás de escena tuvo momentos memorables: ante la imposibilidad de acceder a agua durante el aria “In fernem Land”, un asistente de dirección improvisó un orificio oculto en la escenografía para que Beczała pudiera sorber líquido con una pajilla.
“Podría dar mil dólares por un poco de agua antes del aria”, bromeó el tenor, aunque reconoció que quizás el escenógrafo Neo Rauch no estaría del todo feliz con la modificación.
Una actuación con alma
El director Yuval Sharon describe a Lohengrin como “la historia de la decadencia del ángel”, un ser que llega como servidor de una fuerza superior, pero que acaba corrompido por el deseo humano. En ese arco narrativo, la interpretación de Beczała ha resultado clave: “Piotr es realmente excepcional”, concluyó la asistente de dirección Eva-Maria Abelein.
Con presentaciones programadas hasta el 9 de agosto en Bayreuth, Beczała demuestra que, más allá del talento vocal, lo que lo distingue es su entrega absoluta al arte. En cada escenario, bajo cada dirección, y en cada traje —ya sea jeans o overoles—, su Lohengrin sigue dejando huella.