Por Carlos Silva, La lengua de Dante.
Pensar diferente tiene su costo; ser consecuente entre lo que se piensa, se dice y se hace, representa todavía un costo mucho mayor, que debe asumirse por el hecho de establecer una distinción. Hacerlo dentro de las limitantes que suelen establecer las restricciones partidistas y las formas tradicionales de hacer política, es todo un reto que a veces es imposible de zanjar.
En esas movedizas arenas ha transitado el actuar de la hasta apenas unos días, diputada local por el PAN; el discurso de Elsa Méndez, ha cautivado a un segmento del electorado, su quehacer político conecta con aquellos electores que suelen o solían votar por el panismo más tradicional o lo que es más, por aquellos temas a los que otrora, el PAN no les sacaba la vuelta.
Justo a partir de eso, de que la fracción panista en la actual Legislatura desdeñara algunos de los temas que mayormente caracterizaban al PAN, en su calidad de presidenta de la Comisión de la Familia, la diputada Méndez supo hacer suya una agenda que antes defendía el PAN y puso énfasis en temas que de suyo polarizan, pero que mucha gente ha hecho suyos, pues aunque no lo parezca, sus ideas han hecho eco en buena parte de ese Querétaro tradicional, lo que en no pocas ocasiones le ha valido estar inmersa en duros y crudos debates, a los que no les ha sacado la vuelta y que la han llevado a mantener una serie de antagonismos que, al mismo tiempo, la han llevado a destacar por encima del resto de sus compañeros de fracción y de la propia Legislatura.
Desestimada por sus propios compañeros, excluida por un curioso club de Toby panista, Elsa Méndez optó por abandonar la fracción panista, dejándola con un voto menos, sumándose a la fracción del PES, lo que de inmediato activó los ataques de no pocos incautos e imberbes que, en la soberbia que embarga a más de algún panista, salieron a fijar posición, agradeciéndole que se fuera del PAN, señalando las ventajas de que se hiciera a un lado y no fueron pocos los que rebasaron la línea y pasaron a la burla y a la mofa, solo para enseguida ser desactivados por algún tipo se indicación superior, pues es claro que, al emprender sus ataques hacía la diputada saliente, solo ponían de mayor relieve el significado de dicha perdida en la que no cabía la posibilidad de regocijarse.
Empero ¿Qué significa para el PAN la salida de una de sus diputadas? Muchas cosas, desde tener que propiciar un tipo de manejo distinto al interior de la Legislatura, un manejo que no la segregue, esto, por cuanto hace a las votaciones que sin duda han de sucederse en los próximos meses; para el futuro mediato, Elsa Méndez es un activo que le valió al PAN haber ganado un distrito con una cómoda diferencia a pesar de la fuerte irrupción que Morena hiciera en dicho proceso, en números llanos, al menos en lo que respecta al distrito por el que resultó electa la diputada en cuestión, el tema puede resultarle al PAN, en un boquete de no menos de 25 mil votos.
Ahora bien, si el trabajo y la presencia mediática de la diputada Méndez alcanza mayores latitudes y, como ya lo ha anunciado, al señalar que habrá de incorporarse a las tareas partidistas del PES, el boquete de votos con los que ya no podrá contar el PAN en procesos subsecuentes, puede ser aún mucho mayor, aunque los malquerientes de la diputada sostengan que su salida no merma en lo más absoluto los números y proyecciones del PAN, la realidad puede ser otra, impactante y harto dolorosa.
Quizá como muestra valga la pena ver el desempeño que observa en redes sociales la diputada ex panista, que la mantiene posicionada como una de los perfiles políticos con mayor relevancia en el ámbito local, muy por encima de otros perfiles de su otrora partido que cuentan con muchísimo mayor manejo político y presupuestal, pero que no obstante, se encuentran por debajo de los niveles de conocimiento de los que actualmente goza la diputada Méndez.
El hecho entonces, no es menor y erosiona cualquier proyecto panista con miras a construirse en el futuro cercano, su salida, deja ver un pésimo manejo por parte de las autoridades partidistas y las propias de la coordinación de la bancada del PAN en la Legislatura, ya sea que hayan sido el candor y la inocencia lo que propiciaron su salida, o de plano la soberbia que ya desde ahora parece caracterizar a más de alguno, pero el hecho es que el PAN y su fracción, cuentan, desde hace días, con una diputada y en los hechos y de inicio, también con un voto menos.
La salida de Elsa Méndez bien puede ser el síntoma de que algo no anda del todo bien en el paraíso panista, donde es claro, no todo es felicidad y dulzura, puede significar también, un aviso de lo que viene, un malestar que no pocos panistas experimentan ante lo que evidentemente es un manejo de unos cuantos, que excluye a muchos militantes de las tareas sustanciales, tanto de su gobierno, como las de su partido.
Por lo demás, puede ser previsible el marcaje personal, el acoso jurídico en distintas instancias y los ataques que puedan sucederse, a todo lo cual, pareciera ser que la diputada Elsa Méndez se ha adaptado con relativa facilidad, manejándose con una soltura y comodidad, que mantienen extrañado a más de uno.