EFE / El rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza dijo este sábado en México que se despide de los ruedos tras 35 años de trayectoria, pero no se cansará de defender a la tauromaquia, a la que consideró una cultura que trasciende generaciones.

“Ellos (los antitaurinos) van a hacer su lucha, y nosotros la nuestra, pero nosotros lo llevamos en nuestro ADN, porque hemos crecido con esa cultura, defendemos la cultura de nuestros abuelos, de nuestros antepasados, de nuestros países también y además defendemos al toro, por encima del todo”, expresó el nacido en Navarra, España.

En una charla con EFE, en la antesala de su despedida este domingo en la ciudad de Guadalajara (oeste de México) pidió al movimiento antitaurino conocer de cerca lo que es la fiesta brava antes de juzgarla.

“No confundamos las cosas. Si queremos atacar algo, primero vamos a conocerlo y, como digo siempre, si yo fuera un animal quisiera ser toro y morir en la plaza”, declaró el rejoneador, quien el 11 de abril cumplirá 59 años, y es reconocido como uno de los mejores de la historia.

Amor a los caballos

En una despedida que se alargó poco más de un año debido a los cierres en diferentes plazas de México, Hermoso de Mendoza pondrá punto final a su trayectoria que abarca casi 2.600 corridas y un estilo que revolucionó el arte del toreo a caballo.

“Como dicen aquí en México, creo que soy un ejemplo de que sí se puede. Siempre se puede. Hay que poner las ganas, el alma en lo que haces y todo tu entusiasmo y al final lo que parece imposible, se hace posible”, declaró.

Amante de los caballos, acompañado de su cuadra de caballos, en especial con su inseparable ‘Cagancho’, el rejoneador asegura que la equitación ha evolucionado y abonado al espectáculo taurino.

“Se ha mejorado tanto en técnica que se ha conseguido que el caballo se mueva mucho más libremente en la plaza, que se exprese mucho más y que se pueda pisar terrenos mucho más comprometidos”, indicó.

Hermoso de Mendoza contó una anécdota ocurrida entre 1991 y 1992, cuando trajo a México a su legendario caballo ‘Cagancho’ y tuvo que pasarlo de contrabando por la frontera debido a la peste equina.

“Fue meterme en terrenos casi imposibles en aquel entonces, pero al final todo salió bien y ese caballo me cambió la vida”, dijo con nostalgia.

México y el futuro

Pablo Hermoso de Mendoza ha toreado en plazas icónicas como Las Ventas de Madrid, donde en 2001 logró cortar dos orejas en San Isidro, algo poco común para un rejoneador. En 2006, salió a hombros en esta misma plaza, tras otra gran actuación.

Pero México ha sido clave en su carrera y en su vida personal. Llegó al país en 1999 y fue acogido rápidamente por el público. En 2012 en la Plaza México, enla capital del país, se convirtió en el primer rejoneador en cortar un rabo en la historia del inmueble. Mientras que la ciudad de Guadalajara es una de las plazas que más le ha costado conquistar, pero a la que regresa desde hace dos décadas.

“Me deja un regalo de vida, un regalo cultural, unas amistades tremendas y además aprender a vivir la vida de otra manera. En México se vive la vida con otros tiempos, con otra calidez, con otra naturalidad. Creo que fue una suerte venir hace 25 años y caer de pie”, expresó con gratitud.

Luego de dejar el traje de luces, Hermoso de Mendoza asegura que quiere disfrutar la vida y vivir más lento. Además guiará a su hijo Guillermo Hermoso de Mendoza, quien comienza su carrera y lo acompaña en su temporada de despedida.

El rejoneador planea nuevos proyectos, entre ellos una colaboración con el cantante de música popular mexicana Pepe Aguilar para tejer puntos en común entre la cultura mexicana y española y llevarlos al mundo.

“Hacer un espectáculo, un conjunto entre dos mundos de la cultura mexicana y la cultura española, donde se conozca nuestro folclore, nuestra gastronomía, nuestras costumbres y también nuestras artes, llevarlo a Estados Unidos y la posibilidad de ir a China, donde no conocen nuestras culturas”, concluyó.

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