La herida sigue abierta, pero al menos hay una respuesta. La Fiscalía General de la República consiguió una sentencia de 293 años de prisión contra José Luis “L”, alias El Jabón, por el secuestro y asesinato de siete personas en Morelos en 2011, entre ellas Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del poeta Javier Sicilia.
Aquel crimen marcó un antes y un después. El 28 de marzo de 2011, en Jiutepec, un grupo armado levantó a Juan Francisco y a seis jóvenes más. Horas después, los cuerpos aparecieron sin vida en Temixco. La violencia del caso desgarró a una familia, pero también encendió una voz que resonó en todo el país.
Javier Sicilia, con el dolor convertido en fuerza, levantó entonces el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), una caravana de abrazos, veladoras y exigencias que recorrió México para denunciar la guerra que el crimen organizado y la indiferencia del Estado imponían sobre miles de familias.
Hoy, más de una década después, un juez dicta una sentencia ejemplar: 293 años de cárcel y una multa de más de medio millón de pesos contra uno de los responsables. No devuelve la vida a Juan Francisco ni a sus amigos, pero representa un paso en un país donde la justicia suele llegar tarde, o no llega.
El legado de Javier Sicilia y su movimiento sigue vivo. Aquellas marchas dejaron claro que el dolor privado también puede convertirse en una causa pública. Y que, aunque las sentencias tarden, la memoria de las víctimas sigue empujando.