Cuando diciembre llega a Querétaro, sus calles se llenan de luces, aromas y sonidos que transportan a un pasado donde las tradiciones navideñas se vivían con intensidad. Esta tierra, rica en historia y cultura, celebra la Navidad con un encanto único que combina costumbres de hace 200 años con expresiones modernas que siguen conquistando a las nuevas generaciones.
Un Teatro Rodante que Resiste el Tiempo: Los Carros Bíblicos
Desde 1826, los Carros Bíblicos recorren las calles de Querétaro, representando episodios del Antiguo y Nuevo Testamento en una especie de pastorela itinerante. Su esencia catequística y teatral ha sido parte fundamental de la identidad navideña de la ciudad.
En el siglo XIX, los carros eran jalados por mulas y se mecían entre los baches de las calles empedradas del Centro Histórico. Las crónicas de esa época describen esta singular escena con humor y admiración. Hoy, aunque las calles han cambiado y los carros son más modernos, el espíritu de esta tradición sigue intacto.
El Heraldo de Navidad: Un Anuario que Une Generaciones
Otro emblema de la Navidad queretana es el Heraldo de Navidad, un anuario que desde 1900 ha capturado el espíritu de estas fiestas. Su portada de 1928, con Santa Claus observando un globo terráqueo, es un recordatorio de cómo las tradiciones locales se mezclan con influencias extranjeras. A lo largo de los años, el Heraldo ha evolucionado, pero sigue siendo esperado con ansias por las familias queretanas cada temporada.
Fiestas Taurinas y Tradiciones del Bajío
La Navidad en Querétaro no solo ha sido una celebración religiosa y familiar, sino también una vitrina para las actividades ganaderas del Bajío. Las corridas de toros, que aún se realizan, y las peleas de gallos, ahora extintas, eran eventos que reunían a familias de toda la región en el siglo XIX. Especiales salidas de trenes llevaban a los visitantes a la antigua Plaza de Toros de Occidente, un lugar donde además se jugaba lotería, baraja y se disfrutaba de música en vivo.
Tradiciones que se Van y Otras que Llegan
Aunque algunas costumbres, como los muñecos de seda que confeccionaban las monjas o las posadas de barrio tradicionales, están desapareciendo, otras han surgido o se han adaptado al presente. La confección de ropa para el Niño Dios, antes un oficio artesanal, ahora es una actividad comercial que se encuentra principalmente en mercados como el Tepetate.
Por otro lado, tradiciones más recientes, como el Nacimiento Monumental del Jardín Zenea, que inició en los años 90, han logrado consolidarse. Este espectacular montaje incluye escenas bíblicas y figuras como los “diablitos” que representan los siete pecados capitales, añadiendo un toque pintoresco y divertido.
La Reina de la Navidad y el Árbol de la Amistad
Desde los años 30, la elección de la Reina de la Navidad se ha convertido en una actividad que simboliza el inicio de las festividades. Esta figura, generalmente proveniente de las familias más influyentes, es parte esencial de los eventos decembrinos.
El Árbol de la Amistad, cuyo encendido reúne a cientos de personas, representa la unión y esperanza que caracterizan a estas fechas.
Un Legado Vivo
La Navidad queretana es un recordatorio de cómo las tradiciones pueden evolucionar sin perder su esencia. Cada evento, desde los antiguos Carros Bíblicos hasta el moderno nacimiento monumental, cuenta una historia de resiliencia cultural y de una comunidad que celebra sus raíces mientras abraza lo nuevo.
En Querétaro, la Navidad no solo se celebra, se vive con el corazón y la memoria de un pueblo que encuentra en cada villancico, cada posada y cada tradición, un motivo para compartir y recordar.