La muerte de seis trabajadores de la construcción latinoamericanos tras el colapso este martes del puente Francis Scott Key, en Baltimore, saca de nuevo a relucir la importancia de los migrantes en la fuerza laboral de EE.UU., como lo hizo en la pandemia de la covid-19 en sectores esenciales como las industrias de la alimentación y los servicios.

Dos mexicanos, dos guatemaltecos, un salvadoreño y un hondureño, cuyos cuerpos aún son buscados en las aguas del río Patapsco, fueron las víctimas mortales tras el accidente ocurrido en la madrugada del martes en el puente de Baltimore cuando el carguero Dali chocó contra una de las bases de la estructura y los derrumbó.

Un tercer trabajador mexicano es una de las dos personas rescatadas de las frías aguas que se encuentran hospitalizadas en estado de gravedad, informó este miércoles el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

“La mayoría de la gente en este país no se da cuenta de la magnitud de nuestro trabajo y nuestro aporte. Aquí solo se escucha que vivimos de estampillas y la ayuda del gobierno, pero no es así, están equivocados”, dijo a EFE Carlos Crespo, un trabajador mexicano del estado de Maryland, donde ocurrió la tragedia.

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