Millones de espectadores en Estados Unidos, México y Centroamérica, con gafas especiales, telescopios y cámaras con filtros, disfrutaron este sábado, emocionados, del “anillo de fuego” que formó un eclipse anular de Sol, en su avance por el cielo del continente americano.

El fenómeno, también visible en Colombia y Brasil, congregó a multitudes en universidades, observatorios astronómicos, sitios arqueológicos de Honduras y México, como las majestuosas pirámides de Teotihuacán, en el Volcán Masaya en Nicaragua o en playas del Caribe de Costa Rica.

“Desde niño soné con ser astronauta (…) Me pareció espectacular el evento aquí en Panamá”, dijo a la AFP Carlos Ramírez, un guía turístico de origen colombiano, de 55 años, vestido de astronauta en el Observatorio de la Universidad Tecnológica, en Penonomé, a 160 km de la capital panameña.

El eclipse empezó a hacerse visible en Estados Unidos poco después de las 09H00 locales (16H00 GMT) en el estado de Oregón, sobre la costa del Pacífico, y atravesó el país de noroeste a sur, hasta San Antonio (Texas). Se vio en California, Nevada, Utah, Arizona, Colorado, Nuevo México.

Al ver el muy esperado “anillo de fuego”, una multitud rompió en aplausos en la ciudad de Albuquerque, en el estado de Nuevo México.

En la calurosa Península de Yucatán (este), donde el fenómeno fue más visible en México, cientos se reunieron en el Gran Museo Mundo Maya. “Presenciar aquí un eclipse es una experiencia inolvidable y llena de energía”, comentó Pierre Durand, antropólogo francés de 42 años.

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