Miles de brasileños se manifestaron este domingo en diversas ciudades del país en rechazo al proyecto que avanza en el Congreso y que busca reducir las penas del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro y de otros participantes en los actos golpistas registrados tras las elecciones de 2022.

Las protestas se realizaron en más de diez capitales estatales, entre ellas Río de Janeiro, Brasilia y São Paulo, bajo el lema “Congreso enemigo del pueblo”. En algunas ciudades se llevaron a cabo caminatas y pronunciamientos por la mañana, mientras que en otras hubo concentraciones masivas por la tarde con la participación de figuras de la música y la cultura brasileña.

En la capital paulista, el acto principal se realizó frente al Museo de Arte de São Paulo (MASP), donde los organizadores desplegaron una manta con la leyenda “Bolsonaro a la cárcel”, acompañada de una imagen del exmandatario tras las rejas. Ahí, los manifestantes acusaron al Poder Legislativo de impulsar una agenda alejada de las necesidades sociales urgentes.

Durante la protesta, la indígena Ãgohó Ãkirê Pataxó afirmó que los legisladores “deben legislar para todo Brasil” y recordó que su mandato emana del voto popular. También criticó que el proyecto fuera aprobado de madrugada en la Cámara de Diputados, lo que, a su juicio, refleja falta de transparencia.

El proyecto, que ahora será discutido en el Senado, es considerado por sus detractores como una amnistía “light”, ya que reduciría de manera significativa las sentencias de los condenados por la intentona golpista. Entre ellos se encuentra Bolsonaro, de 70 años, quien fue condenado por la Corte Suprema a 27 años y tres meses de prisión y que, de aprobarse la iniciativa, podría abandonar el régimen cerrado en poco más de dos años.

La propuesta impide la acumulación de penas por los delitos de intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho y de golpe de Estado, al considerarlos tipos penales similares. De este modo, solo se aplicaría la pena más grave, la de golpe de Estado, con una condena máxima de hasta 12 años. Además, permitiría una progresión más rápida del régimen cerrado al semiabierto.

En Río de Janeiro, la convocatoria estuvo encabezada por figuras emblemáticas de la música brasileña como Caetano Veloso, Chico Buarque y Gilberto Gil. Fue Veloso quien cerró el acto interpretando Alegria, Alegria (1967), transformando la protesta en un acto cultural en la playa de Copacabana.

Los artistas, referentes de la Música Popular Brasileña (MPB), han sido críticos constantes del gobierno de Bolsonaro durante su mandato entre 2019 y 2022, y reiteraron su defensa de la democracia frente a lo que consideran un retroceso institucional.

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