La unión aduanera Mercosur forjada por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay se reúne este domingo en Paraguay tras negociaciones con Emiratos Árabes Unidos y termina el lunes con una cumbre presidencial marcada por la ausencia del argentino Javier Milei y el ingreso de Bolivia como miembro pleno.
La 64ª cumbre de Mercosur en el puerto de Asunción, precedida por una reunión ordinaria este domingo a nivel ministerial, tiene lugar en medio de la presión de Uruguay a favor de un pacto con China y un demorado tratado con la Unión Europea (UE).
Se espera además la firma de acuerdos en materia de coproducción cinematográfica y audiovisual y de gestión de riesgo de catástrofes, así como una declaración sobre la lucha contra la delincuencia organizada transnacional.
Además del presidente anfitrión, Santiago Peña, asistirán sus pares de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva; Uruguay, Luis Lacalle Pou; y Bolivia, Luis Arce.
El mandatario boliviano no podía faltar a la cita a pesar de la inestabilidad política en casa, puesto que debe formalizar el ingreso de su país al bloque tras haber promulgado la ley de adhesión el viernes.
La incorporación de Bolivia a la unión aduanera al cabo de nueve años de trámites “nos convierte en un eje articulador en la región”, celebró Arce.
El 26 de junio, tropas con tanques asediaron la sede del Ejecutivo en La Paz en lo que Arce denunció como un intento de golpe de Estado, una versión que el ultraliberal Milei desechó ofendiendo con ello al gobierno boliviano.
La cumbre también coincide con un reciente cruce entre Milei y Lula, luego de que el primero acusara al segundo de ser un “zurdito” con el “ego inflamado”.
Tras estos infelices intercambios, el presidente argentino anunció que no asistiría al que iba a ser su primer encuentro regional desde que asumió en diciembre y que iría en cambio a un foro conservador el fin de semana en Brasil.
El politólogo Alejandro Frenkel, experto en relaciones internacionales de la argentina Universidad Universidad Nacional de San Martín, dijo a la AFP que estas “situaciones conflictivas o de transición política” probablemente incidan en que “tal vez no haya mucha iniciativa o lineamientos muy claros hacia dónde avanzar” en la cumbre.
“El problema son ellos”
Según el acuerdo del Mercosur, los países miembros están obligados a negociar colectivamente cualquier trato comercial que implique preferencias arancelarias con naciones o grupos de naciones fuera del bloque.
En las reuniones preparatorias en Asunción concluyó una primera ronda de negociaciones con Emiratos Árabes Unidos y “existe un gran potencial de expansión del comercio entre ambas partes”, según la cancillería paraguaya.
El Mercosur también retomará las negociaciones sobre el tratado comercial con la Unión Europea, que languidecen desde hace más de 20 años, tras la conclusión de las elecciones en el viejo continente.
Lula dijo en junio en Italia que en estos diálogos “ahora el problema son ellos”, en referencia a la renovación de la Comisión Europea y a las elecciones legislativas del domingo en Francia.
Si se adoptara, el tratado permitiría a las potencias agrícolas de la región exportar a Europa carne, azúcar, arroz, miel o soja, mientras la UE exportaría autos, maquinaria y productos farmacéuticos, entre otros.
Pero el acuerdo encuentra resistencia de algunos países europeos, principalmente de Francia, que teme la llegada masiva de productos agrícolas sudamericanos.
Uruguay de su lado busca impulsar un diálogo de libre comercio con China, una misión difícil en cuanto Paraguay carece de relaciones con el país asiático debido a que reconoce a Taiwán y los dos socios más grandes, Argentina y Brasil, no están convencidos de su viabilidad.
El Mercado Común del Sur (Mercosur) fue creado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Además son miembros plenos Venezuela, cuyo ingreso se aprobó en 2006 pero está suspendida desde 2017 por “ruptura del orden democrático”, y ahora Bolivia.