Por Carlos Silva, La lengua de Dante
Mentir no tiene sentido y sin embargo es algo que los políticos hacen frecuentemente en dos momentos, primero, cuando hacen campaña y después, si vuelve a ser necesario, cuando gobiernan.
Por ello no son pocas las ocasiones en las que los gobernantes encuentran una serie de ventajas en el hecho de mentir, particularmente cuando hacerlo los protege de cualquier situación que implique riesgos a su popularidad o a la de trascender haciendo ganar a sus pupilos en las siguientes elecciones, aunque claramente mentir sea una de las mayores falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos y peor aún, cuando creen que la gente no se percata de esa manera de burlarse.
En la tarea de mentir, los gobiernos y los encargados de llevar a cabo las tareas de comunicación gubernamental, dejan de lado que
el descubrimiento de una mentira suele conllevar la pérdida de la confianza. Es bien sabido que cuando alguien miente, es porque se deja ha dejado un problema sin resolver, o bien, porque se dificulta la resolución de problemas similares en el futuro y por eso de recurre a la serie de conveniencias que ofrece el hecho de mentir.
La permanente necesidad de aprobación que los políticos y los gobiernos que encabezan, los lleva a mentir para encubrir otra u otras mentiras y ese parece ser su principal empeño, tratar de mostrarle a la gente las cosas como no son, resultados que no se han alcanzado, situaciones que son muy distintas a la realidad.
Entendiendo la relevancia de dos de los temas que mayormente preocupan a los queretanos, a decir, el resquebrajamiento en las condiciones de seguridad a las que estamos acostumbrados los queretanos y el problema transexenal aún sin resolver del transporte público, ello sin abundar en otro de los temas que siempre duelen, el de la corrupción.
La ya consabida fórmula mediática de que todo lo malo que ocurre en Querétaro proviene de fuera no convence ni a los emisores ni a quienes se encargan de difundirlo, la percepción ciudadana permanece inalterada respecto a entender que poco es lo que en realidad las autoridades están haciendo para lograr mantener los niveles de seguridad que caracterizaban al Querétaro de hace algunos ayeres y tampoco hay argumentos para que las autoridades estatales puedan culpar al gobierno federal de los magros resultados en materia de delitos del fuero común que corresponde exclusivamente atender al gobierno local. La gente lo entiende de esa manera, en materia de seguridad, los gobiernos locales están saliendo reprobados.
Mientras que en materia de transporte público, el tema pasa por la realidad que en varios momentos viven diariamente los más de 700 mil ciudadanos que a diario intentan movilizarse en la única alternativa que para muchos de ellos representa el transporte público, que sigue siendo igual de malo, cuando no peor en varios sentidos, que hace poco más de seis años, cuando se convirtió en uno de los temas que llevaron a la debacle priísta del 2015 y al encumbramiento de la clase panista que hoy gobierna con la promesa de resolver un tema que su sexenio de oportunidad, los priístas no pudieron resolver, algo que, al tiempo, no solo constituye una promesa de campaña incumplida, sino uno que, a la postre, solo viene a sumarse como una más de las mentiras que los políticos estilan hacer con tal de conseguir votos y que bien puede constituirse en uno de los temas que lleve a la debacle, solo que esta ocasión, de los panistas.
Como puede verse, hay gobiernos para los que son más relevantes las razones para mentirle a la gente en lugar de decir la verdad acerca de la propia incapacidad para resolver aquellos problemas que durante los tiempos de campaña, prometieron resolver, sin embargo, son los hechos de una realidad desbordante los que han terminado por evidenciar no solo la incapacidad para resolver el tema del transporte público, sino una evidente incapacidad para seguir mintiendo de manera eficaz o creíble.
Al final, ha sido la realidad la que ha venido a rebasar a un gobierno que ahora incluso se muestra incapaz para volver creíbles sus mentiras.
Al iniciar el año, estos dos temas vienen a constituir dos pesadas losas para el panismo local, un panismo que aún no logra reposicionarse entre los electores a pesar de su campaña de críticas y ataques permanente al gobierno que encabeza López Obrador, eso, no les está resultando suficiente y, por su fuera poco, han comenzado a salir a la luz, una serie de actos de corrupción, documentados por las instancias de auditoría, que han ocurrido al inicio de la actual administración municipal, situación que amenaza con ser apenas el inicio de muchos más temas de la misma índole, sumando una tercera losa a los empeños del panismo local, en los que, la desmedida ambición de algunos de sus políticos y dirigentes, pone en un severo riesgo las posibilidades de mantener en el 2021 las posiciones de gobierno que hoy ostentan.