Tras más de cuatro horas de retraso y entre abucheos, insultos y peleas, el presidente francés, Emmanuel Macron, inauguró el sábado el salón de la agricultura en París, cita clave para un sector descontento que protagonizó importantes manifestaciones en enero.
El salón de la agricultura, una feria anual a la que suelen acudir los presidentes franceses, tiene lugar en la capital hasta el 3 de marzo y se produce en un contexto tenso, después de que los agricultores bloquearan varias autopistas del país a finales de enero.
La llegada de Macron a la cita, hacia las 08H00 (07H00 GMT) coincidió con escenas de violencia y confusión, con decenas de manifestantes tratando de forzar las rejas para entrar al lugar antes de la hora de apertura, provocando enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El presidente estaba protegido por decenas de policías antidisturbios, que empujaban regularmente a los manifestantes para que no se acercaran a él. Algunos de ellos lo calificaron de “mentiroso”, le gritaron “lárgate” y le instaron a dimitir.
El salón fue inaugurado por Macron con cuatro horas y medio de retraso respecto al programa inicial. Pero pese a las escenas de caos, logró dialogar de manera informal con los agricultores, algunos de los cuales eran miembros de los tres principales sindicatos agrícolas del país.
“Siempre prefiero el diálogo a la confrontación (…) La confrontación no produce nada”, declaró el mandatario de 46 años, reelegido para un segundo mandato de cinco años frente a la candidata de ultraderecha Marine Le Pen en 2022.
Macron se comprometió entre otros a plantear la instauración de “precios mínimos” para “proteger los ingresos agrícolas”, en el marco de una nueva ley que debe regular las relaciones entre los distintos actores de la industria alimentaria.
Estos “precios mínimos” se basarán en los indicadores de costes de producción de cada sector (avícola, lácteo, vacuno…).
En noviembre, la ministra francesa de Consumo, Olivia Grégoire, se había opuesto a una medida similar votada y rechazada en el Parlamento, y alegó que le recordaba “Cuba o la Unión Soviética”.
El presidente también reiteró su deseo de evitar que un pesticida se prohíba en Francia antes que en el resto de la Unión Europea, para evitar distorsiones de competencia.
Tras las protestas agrícolas que sacudieron el país a finales de enero, Macron ya había anunciado una serie de medidas. Entre ellas figuraba un mayor control del origen de los productos y la negativa a firmar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el bloque sudamericano del Mercosur.
En el primer día del salón de la agricultura, mostró sin embargo su rechazo ante la idea de que el comercio internacional perjudicaría al sector agrícola local.
Las protestas de las últimas semanas también afectaron otros países europeos, como Alemania, Polonia, Rumanía, Bélgica, Italia y España.