Por Carlos Silva, La lengua de Dante
Equivocadamente, los análisis más simplistas llevan a algunos a creer que por el solo hecho de que Acción Nacional ha ganado 3 de las ultimas 4 gobernaturas, necesariamente la siguiente elección habrá de caer del lado del PAN, así, casi sin hacer nada.
Morena sigue siendo para el PAN, ese fantasma sin rostro al que se enfrentó en 2018, ciertamente sigue sin ser un partido, sigue sin estar mayormente articulado, sigue siendo un movimiento sin contar con estructura electoral suficiente y sin zonas que puedan ser claramente identificadas como bastiones del voto duro de Morena. Agréguese a todo esto, la apuesta de muchos en el PAN, porque en esta ocasión, será la ausencia de Andrés Manuel y más bien su desgaste, lo que habrán de estar presentes en la mente de los queretanos de frente a los comicios del 2021.
Para los estrategas panistas, no entra dentro de las consideraciones, la depreciación que ha observado el voto panista desde 1997, que si bien es cierto, les ha permitido ganar, y recuperar cuando ha sido necesario, ese voto viene siendo cada vez menor, cada vez, más desgastado y dígalo si no, el hecho de que en el 2018, Morena, con todo y las carencias y defectos que le han sido previamente enlistados, tan solo en el municipio de Querétaro, le tumbó al panismo el 50% de las secciones en las que mayormente se concentra el llamado voto duro, el voto azul, el voto más panista en el municipio, es decir, aún no ha sido posible encontrar respuestas válidas que traten al menos de explicar, como fue que Morena ganó la mitad de aquellas secciones que, desde 1997, en siete elecciones consecutivas, votaban exclusivamente por el PAN.
No hablemos de aquellas zonas en las que el anterior voto duro del PRI, pasó, casi inercialmente, a engrosar los números de Morena, hablamos de las secciones más panistas, en distritos emblemáticos para Acción Nacional, clasemedieros si se quiere tener en cuenta ésta anotación y que, sin ningún tipo de antecedente que asílo anunciara, votaron, no solo por AMLO, sino que favorecieron a Morena en las cinco elecciones disputadas en el 2018.
No hablamos tampoco de como fue que en 2018, Morena ganó en tres de las cinco elecciones en el 66.5% de las secciones capitalinas y muy particularmente, en aquellos distritos otrora emblema del PAN, una verdadera zapatiza propinada por un partido que, de partido, se dice, no tiene mucho.
Quizá tampoco sea conveniente reparar en la circunstancia por la que el candidato presidencial de Morena arrasó, en su casa, al candidato presidencial panista, ganándole nada más, el 84.5% de las secciones capitalinas. Ni que decir tampoco de uno de los hechos mas notorios que casi llevan al PAN a perder la alcaldia capitalina después de que su abanderado apenas si lograra ganar el 30.75% de las secciones del municipio de Querétaro.
Quizá por ello tampoco valga la pena poner de relieve el enorme impacto y la incidencia del municipio capitalino en lo que pueden ser los resultados por la gubernatura en el 2021, pues al venir siendo tan apretados los triunfos que se han sucedido desde 1997 en las elecciones por la gubernatura, es claro que un magro resultado en la elección municipal, puede dar al traste con cualquier proyecto por la gubernatura, particularmente tratándose de los partidos que ya desde hoy se perfilan como los mayoritariamente favoritos, aunque en los cálculos de los estrategas albiazules, todo indique que habrán de enfrentarse al gran ausente.
Morena, es el caso, que sabe en que secciones pegar y que puertas tocar si quiere validar los resultados alcanzados en el 2018, si se prefiere frasearlo de esa manera, al amparo y sombra de López Obrador, no obstante, para el PAN, aún no es posible distinguir en que secciones debe enfocar sus esfuerzos para evitar cualquier tipo de crecimiento por parte de, quienes es claro, habrán de ser los adversarios a vencer en los próximos comicios, es decir, de momento lo que se haga, seguirán siendo golpes lanzados al aire por parte se los panistas que buscarán retener las posiciones que hoy mantienen.
No son pocos los panistas que apuestan por otro tipo de elementos que piensan, los llevarán a ratificar los triunfos que han obtenido anteriormente, por un lado, le apuestan a la popularidad que algunas encuestas le señalan al gobernador Domínguez, haciendo exactamente la misma apuesta que, en su momento, los priístas hicieron por la enorme popularidad del entonces gobernador José Calzada pensando que los buenos números de Calzada harían ganar a los candidatos de su partido, esa y los buenos resultados que algunas encuestas parecen atribuirles a las administraciones panistas, habrán de ser, dicen y piensan, los factores y elementos que los llevarán a refrendar los triunfos de otros momentos.
Al mismo tiempo, parecen apostarle también, por el desgaste que estiman que el propio Andrés Manuel habrá de inflingirle a Morena tras tres años de gobierno, considerando desde luego, que el desgaste de los gobiernos locales, estatal y municipales, no es tal ni habrá de incidir como si puede hacerlo el desgaste que día con día, aseguran, sigue acumulando el presidente de la república.
Por lo pronto, Morena sabe donde puede pegar, a que secciones ir y hacer lo propio, el PAN por su parte, cuenta con infinidad de recursos para poder operar, con un gobernador que sabe operar y cuya popularidad, pretenden, habrá de ser, la punta de lanza para imponer a sus favoritos a las principales posiciones, no obstante, de aquí al 2021, aún faltan varios meses y muchas cosas podrían ocurrir, como por ejemplo, que los queretanos, en su exigencia, decidan probar algo nuevo.