Reuters / Los escenarios utilizados por el sistema financiero para evaluar el riesgo climático deben actualizarse para tener en cuenta la creciente incertidumbre económica y los contratiempos para la transición verde derivados de la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania, dijo el Fondo Monetario Internacional.
En su opinión, muchos gobiernos han dado prioridad a la recuperación tras la pandemia frente a los objetivos de emisiones de carbono, mientras que la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022 ha provocado un “bloqueo del carbono” generalizado, ya que los países se apresuraron a asegurarse fuentes de combustibles fósiles.
El aumento de los costos de los préstamos y los posibles problemas de suministro de minerales críticos plantean riesgos para la futura adopción de tecnología renovable, mientras que un aumento de los niveles de deuda pública podría llevar a la reducción de los proyectos de bajas emisiones de carbono, advirtió una nota del personal del FMI.
“Si bien los escenarios utilizados actualmente en los análisis de riesgos climáticos ya incluyen la posibilidad de una transición ‘desordenada’, las implicaciones a corto y largo plazo de la situación actual no se han incorporado plenamente”, señala la nota.
Así ocurre con los últimos escenarios publicados por la Network for Greening the Financial System (NGFS), una agrupación de bancos centrales, a pesar del amplio alcance de su ejercicio.
El escenario más reciente de la NGFS prevé una pérdida del 8% de la producción mundial por riesgos meteorológicos extremos para 2050 si el mundo continúa con las políticas actuales que sitúan al planeta en una senda de 2,9 grados Celsius (5,2 grados Fahrenheit) de calentamiento por encima de los niveles preindustriales.
El Secretario General del GNFS, Jean Boissinot, acogió con satisfacción “una contribución muy valiosa” a los debates sobre cómo mejorar los escenarios, señalando que el FMI estaba estrechamente implicado en esa labor.
“Hay muchas cosas interesantes en el documento que tienen que ver con el diseño de los escenarios a corto plazo y el tipo de perturbaciones que podemos querer introducir”, declaró a Reuters, citando también el punto del FMI sobre las implicaciones a largo plazo del bloqueo del carbono, en el que la inercia favorece el uso continuado de combustibles fósiles.
El FMI propuso que no sólo se actualizaran los escenarios existentes para reflejar los crecientes retos de la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono, sino que también se realizara un trabajo técnico para garantizar que se pudiera modelizar adecuadamente el impacto de las perturbaciones que se produjeran conjuntamente.
Estos modelos también deberían tratar de captar los posibles bucles de retroalimentación -por ejemplo, si los daños climáticos empezaran a desbaratar los esfuerzos por utilizar menos energía- y tener en cuenta los impactos acelerados que se observan en los “puntos de inflexión” climáticos.